Recién cumplidos los 38 años, Carbonero se siente más plena que nunca y da gracias por su familia, por su trabajo y por el amor que la rodea. «Estoy ilusionada con la vida, que es muy bonita», reconoce.
Sara Carbonero logra la ansiada tranquilidad
Aunque lo primero que llama la atención de ella es su desbordante belleza, Sara Carbonero es algo más que unos ojos penetrantes o unas facciones perfectas. La periodista es una de esas personas que desprenden una paz y una luz especiales, con las que contagian a todos los que están a su alrededor.
De ahí que conocerla sea quererla y que con motivo de su 38 cumpleaños haya recibido un sinfín de regalos y felicitaciones. Pero hace tiempo que aprendió que lo verdaderamente importante son las cosas inmateriales y no solo se lo ha grabado a fuego en su mente, sino también en su piel, donde luce tatuadas dos palabras: ‘salud’ y ‘vida’.
Una vida que a ella le ha brindado una segunda oportunidad, por eso cada cumpleaños tiene un significado especial y en el que celebra el pasado 3 de febrero seguramente su deseo cuando soplé las velas fue quedarse como esta. Y es que Sara se encuentra en un momento inmejorable y, tras afrontar muchas batallas, ha logrado la ansiada tranquilidad.
ÉXITOS MUY MERECIDOS
A nivel profesional no puede irle mejor. Hace justo un año debuto como colaboradora del programa de radio ‘Que siga el baile’ y la acogida fue tan buena que no tardó en ponerse a los mandos del mismo, uniendo así sus dos grandes pasiones: el periodismo y la música.
Esta última es un bálsamo para la manchega, que asegura que «hay canciones que te abrigan como hacía tiempo que nada lo hacía». Pero, a pesar de la paz que transmite, Sara es una mujer todoterreno que triunfa también en otros ámbitos.
Es imagen de varias marcas, está prestando su voz para un proyecto de audio cuentos solidarios y su marca de ropa ha logrado hacerse un importante hueco en el mercado. Pero para ella Slow Love no es solo una firma, sino una filosofía que, como describe su pagina web, use basa en una forma de ver la vida con calma, delicadeza y mimo. Lejos del caos y la inmediatez.
Una manera de apreciar el tiempo y saborear los pequeños detalles». Algo en lo que coincide plenamente con su socia y ‘comadre’, Isabel Jiménez (39), que es uno de sus pilares fundamentales. Amigas desde hace más de una década, el apoyo de la presentadora de ‘Informativos, Telecinco’ ha sido básico para la manchega en los buenos y, sobre todo, en los malos momentos.
Su batalla contra el cáncer en mayo de 2019 fue, sin duda, uno de los más complicados. Y cuando parecía que la pesadilla había quedado,atrás, Sara sufrió un nuevo susto hace ahora justo un año.
«Fueron momentos muy difíciles, pero siempre pensé que me iba a poner bien», confesó tiempo después reconociendo que ese trance le enseño a «relativizar» y a mirar la vida desde otra perspectiva: «Hice un crecimiento personal bastante importante y ahora todo lo disfruto mucho más». Especialmente lo relacionado con sus hijos, Martin (8) y Lucas (5), que son su principal motor.
A la periodista le encanta ejercer de madre y es habitual verla yendo a buscarlos al colegio o come partiendo aficiones, juegos y momentos, en los que no es raro que también participe lker Casíllas (40), con el que mantiene una relación excepcional a pesar de su divorcio en marzo de 2021.
De hecho, los cuatro juntos disfrutaron hace poco de un viaje a Oporto, la ciudad donde fueron tan felices y que aún echan de menos.
UN FUTURO PROMETEDOR
Y eso que Carbonero se adaptó de maravilla a su nueva vida en Madrid, donde también es habitual verla con amigos, unos más especiales que otros. Este es el caso de Kiki Morente (32), con el que mantiene una discreta relación desde hace unos meses. «Estoy feliz e ilusionada con la vida, que es muy bonita», dijo muy cauta, pero con un brillo especial en los ojos.
El cantaor le ha devuelto la fe en el amor, apareciendo en su vida en el momento apropiado y dando sentido a estas palabras que Sara ha publicado en sus redes y que parecen ser su lema en la vida: <Todo llega cuando no esperas. Todo sana cuando aceptas». La periodista parece haber aceptado que, para que haya luz, a veces también tiene que haber oscuridad, y dejando a un lado todo lo demás afirma convencida: «Lo importante es tener mucha salud».
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