Tres meses después de sufrir un ictus, el DJ habla claro de lo que ha supuesto este contratiempo de salud y sus prioridades con su progenitora: «Quiero sentarme con ella y pedirle perdón».
No han sido unos meses fáciles para Kiko Rivera (39) desde que en octubre pasado sufriera un ictus. Pero el susto le ha hecho recapacitar no solo sobre la vida que llevaba, sino también sobre lo importante que es contar con la familia. En su caso, no le ha faltado el apoyo de su mujer, Irene Rosales (31), y el de sus hijas, pero si el de su madre y sus hermanos -aunque con Cayetano (46) mantiene muy buena relación-. De ahí que entre sus planes futuros esté el acercamiento con todos ellos, como dejó claro en el programa ‘El show de Bertín’, donde se abrió en canal.
El DJ confeso que aún le cuesta hablar del infarto cerebral y que está muy arrepentido de sus hábitos anteriores y de como gestionó los problemas. «He pasado un año muy jodido. Yo era un infeliz, estaba todo el día enfadado y exploté. Me arrepiento, he dicho cosas que no se deben decir», aseguró haciendo referencia al distanciamiento con su madre.
«Desde ese día decidí dejar el tema del corazón porque a mí me ha afectado mucho. Los problemas de casa se solucionan en casa», reveló, no sin antes explicar los motivos por los que la cantante no acudió a verle al hospital. Me hizo una videollamada y me emocioné tanto que casi me da otro, así que los médicos me quitaron el móvil.
Esa fue la razón por la que ella no Vino. Luego otro gallo cantará, pero en ese momento sucedió así, explico señalando que las ausencias cada vez le pesan más. En Navidad he echado de menos a los míos. Si algo necesito ahora es que mi madre me dé un abrazo.
A veces los humanos cometemos el error de ser orgullosos, añadió asegurando que tiene las puertas abiertas de su casa: «Quiero sentarme con ella y pedirle perdón». Un deseo que se extrapola también a Isa (27) y Francisco (49), con los que anhela un acercamiento: «No me merece la pena estar enemistado con todo el mundo».
Periodista y comentarista en esto del ‘salseo’ y el mundo del corazón.
Paseando disfrazada de gata curiosa entres famosos y famosetes.
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