Los hijos de Carmen Ordoñez se han apiadado del complicado momento que atraviesa la viuda de su padre y aplazan el recurso legal para solicitar los enseres de Paquirri que debían haber recibido tras su muerte.
Después de que en noviembre del año pasado Kiko Rivera (37) desvelara que los enseres de su padre, Paquirri, seguian en Cantora y rompiera por completo su relación con su madre, Isabel Pantoja (64), por la gestión que ha hecho de su patrimonio, sus hermanos, Francisco (47) y Cayetano (44), retomaron su lucha judicial para recuperar los objetos personales que su padre les dejo en el testamento.
Tras requerirlos notarialmente, apelar a la buena fe de la artista e intentar solucionarlo civilizadamente para no llegar a juicio, no han obtenido ninguna respuesta. Pero, pese a esta actitud, ambos han decidido aparcar la reclamación judicial, según ha explicado su abogado, Joaquin Moeckel. Y el motivo es que a los diestros «les da pena» la tonadillera, en palabras del letrado, dada la complicada situación que atraviesa en la actualidad.
No en vano, al delicado estado de salud de su madre, doña Ana (90), a la que cuida desde hace años en Cantora, se unen sus problemas personales, económicos y judiciales.
SU HIJO LE PIDE LAS CUENTAS
La relación con su hijo es inexistente y el DJ le ha requerido notarialmente la rendición de cuentas sobre la gestión de la finca Cantora, de la que es copropietario. Pero, además, arrastra una importante deuda con Hacienda y esté imputada por la Fiscalía en una querella en la que le piden tres años de cárcel por una operacién económica de una empresa de la que Isabel es administradora única.
Por si fuera poco, una antigua amiga, Loli Pozo, también le ha interpuesto una reclamación judicial para recuperar 76.000 euros que le presté hace siete años y que no le ha devuelto y necesita para vivir.
«No existo… Es el mayor desengaño de mi vida, necesito el dinero y ni me coge el teléfono» aseguraba la octogenaria, que regentaba un quiosco y era amiga intima de la familia.
POR HUMANIDAD
Con este panorama tan complicado, los hermanos Rivera se han apiadado de ella y han decidido cejar, por el momento, en su empeño, aunque no piensa abandonar la acción de reclamación, ya que estarían dentro del plazo legal para hacerlo. Quién sabe si este gesto conmoverá a la tonadillera y terminaré entregándoles los enseres que su padre les dejé y que les corresponden legalmente.
Deja una respuesta