Tras las declaraciones de Olga sobre Antonio David, Rocío estalla: «Estoy muy decepcionada con toda mi familia, con mi padre, con ella, con Marta, con todos. Me siento engañada por todos».
Hace poco más de un año, la vida de toda la familia Flores dio un giro radical después de que Rocío Carrasco rompiera su silencio. Y doce meses más tarde siguen siendo noticia, ya que en este tiempo las vidas de sus integrantes han cambiado de forma notable.
Así, el público que hizo ganadora de ‘Supervivientes’ a Olga Moreno (46) ha sido testigo de lo que parecía impensable la separación entre Antonio David (47) y la sevillana y la confirmación de la nueva relación del colaborador con Marta Riesco (35).
Cambios vitales a los que Rocío Flores (25) ha tenido que hacer frente en el espacio en el que colabora, ‘El programa de Ana Rosa’, donde le han preguntado por ello de todas las maneras posibles y en el que el silencio, siempre bajo la excusa de que no le competía, es la respuesta que más ha dado.
Como si se tratara de un serial televisado, cada paso que han dado ha sido público, comentado, desgranado y analizado bajo la lupa de la prensa en una especie de puzle en el que aún quedan muchos interrogantes por resolver, ya que los protagonistas así han querido que sea, al menos de momento.
Pero la realidad es que no son actores, son personas que sienten y padecen y sus sentimientos y emociones los han llevado a una ruptura total entre ellos, pasando de ser una piña a mostrar sus diferencias sin tapujos en los medios.
ABRE UNA BRECHA
Lo cierto es que el único que no ha hablado directamente de todo lo sucedido ha sido Antonio David, que es el origen de esta especie de ‘laberinto de pasiones’. Al contrario, han sido las mujeres que le rodean quienes lo han hecho, trazando una historia en la que parece que quedan muchas cosas por contar.
El único paso que dio el colaborador fue en octubre, confirmando la noticia de su separación de Olga tras 21 años juntos y culpando de paso a la prensa de haber destruido su matrimonio. Una afirmación que acaba de ser rebatida por su todavía esposa, que medio año después de separarse ha decidido por fin hablar y contar su verdad, culpando exclusivamente a su marido de su ruptura por haberle sido infiel.
Un testimonio esperado por muchos y que ha molestado sobremanera a Rocío Flores, que hasta ahora era una hija más para la empresaria, además de su paño de lágrimas y su confidente. Y lo que le ha dolido, asegura la joven, no ha sido tanto lo que la sevillana ha contado, sino como ha decidido hacerlo, algo que la hija mayor del ex guardia civil no entiende y que la ha decepcionado en el alma, abriendo una gran brecha entre las dos.
VERGÜENZA AJENA
Siempre cauta, contenida y medida en sus palabras, nadie esperaba que Ro mostrara su enfado y decepción hacia Olga de forma tan clara en su programa.’Visiblemente nerviosa, explicó que se enteró de que la esposa de su padre había concedido una entrevista el día después de la celebración familiar del cumpleaños de Antonio David, a la que Olga se sumó en el último momento sin haber recibido invitación.
Fue la propia Rocío la que organizó la fiesta y eludió contar con la empresaria porque días antes su padre había celebrado su aniversario con Marta y la periodista había colgado una imagen en su red social, que sería la primera de ambos juntos de forma oficial. «Pensé que no era coherente una foto de toda la familia», aclaró con bastante lógica. Pero, según explicó, fue Olga quien le pidió ir a la celebración familiar.
Rocío entonces consultó a su padre, que a su vez le preguntó a Marta si le importaba o le molestaba. La reportera dijo que no y de esta manera Olga acabó acudiendo al festejo y protagonizando las comentadas imágenes emitidas en ‘Viva la vida’ de Antonio David y Olga del brazo de la madre de Flores, que hicieron correr ríos de tinta.
«Lo que me ha decepcionado realmente es que Olga diga que va al cumpleaños y haga un posado con mi padre sin que mi padre supiera el contenido de la entrevista. Y yo llego al cumpleaños sin saber nada», afirmó muy afectada, señalando el hecho de que Moreno no le informara de la entrevista y asegurando con absoluta sinceridad que considera que no debería haber ido.
Un malestar del que habló con la todavía mujer de su padre, aunque esta no le dio ninguna explicación de por qué había actuado de esa manera. Muy enfadada y dolida, la joven explicó también que desconocía como se encontraba de ánimo su madrastra. «La que se encuentra con vergüenza ajena soy yo. He tenido que dar la cara por todos y la que se come los marrones soy yo», asevero recalcando que se siente la gran perjudicada y mostrando su hartazgo con esta fase demoledora:
«Estoy decepcionada con toda mi familia, con mi padre, con Olga, con Marta, con todos. Me siento engañada por todos». Un sentimiento que expuso sin paños calientes, incluyendo a su padre, al que siempre ha defendido a capa y espada, y a Olga, de la que nunca hasta ahora había dicho nada negativo, por lo que no es mucho aventurar que hay muchas cosas que no sabemos, intrahistorias que solo ellos conocen ‘y que justificarían el cansancio de la joven, que por primera vez ha mostrado su malestar con las actitudes del matrimonio.
«Aquí los adultos han hecho las cosas mal desde el minuto cero. Que hagan las cosas bien y se acuerden de esas dos personas, que son las que importan», pedía en referencia a sus hermanos, David (46) y Lola (9). No en vano, una de las cosas que más le preocupan a Rocío es que su hermana pequeña no pase por lo que pasó ella con la traumática separación de sus padres y su guerra posterior y que David no vuelva a revivir lo sucedido.
TODO POR LOS NIÑOS
Algo que no parece que vaya a suceder si nos atenemos a las palabras de Olga, que en sus declaraciones a ‘Semana’ sigue anteponiendo a «los niños», como llama a su hija y a David, a todo, incluso a ella misma. Por ellos ha perdonado a su marido su infidelidad, para que los vean bien, aunque ya no estén juntos como pareja, asegura, y que sientan que la familia va a seguir unida.
Una intención muy loable, aunque precisamente Rocío puntualizó sus declaraciones asegurando que no había dicho toda la verdad. «Hay en ciertas cosas en las que me ha faltado cierta sinceridad», comentó censurando sus palabras y poniendo un ejemplo para explicarlo. Y es que la empresaria ha contado que, cuando se fue a ‘Supervivientes’, su relación matrimonial no era buena.
«Yo no me voy bien ni con mis problemas de pareja solucionados», confiesa. Una realidad que no sería la que contó a Ro, que explicó que a ella le dijo que no tenía ningún desencuentro con su padre. Pero la revelación que habrá hecho más daño a la todavía esposa de su padre es la que se refiere a su separación legal.
Olga sostiene que ni ella ni el colaborador han hablado del divorcio, pero aventura que será de común acuerdo por el bien de los hijos de ambos. La versión que da Rocío es muy diferente. «Han hablado del divorcio, aunque Olga diga que no», afirmaba abiertamente, confirmando lo que muchos periodistas han comentado en este tiempo. Es más, fue Marta Riesco quien en directo pregunto por qué Olga no quería divorciarse, evidenciando que esta sería la intención de su novio y la petición que ella le habría hecho.
En este sentido, llama la atención que Moreno siga hablando de su ex como «mi marido», una costumbre quizá o una definición intencionada para reforzar su posición legal.
«ROTA POR COMPLETO»
En lo que todo el mundo coincide es en que Olga ha sido más que generosa en su entrevista, pese al inmenso dolor que siente por la traición del que era el amor de su vida y tras haber pasado unos meses «muy duros y dolorosos». Por eso, muchos no entienden la airada reacción de Rocío.
De hecho, lo único que reprocha al colaborador es su infidelidad y que le haya mentido, pero sigue defendiéndole como padre y como persona, lo que también ha sorprendido, ya que cualquier otra mujer en su lugar se hubiera desquitado a gusto. «Me siento decepcionada y una mujer traicionada porque yo siempre he confiado y me he creído todo lo que me ha dicho», ha confesado admitiendo que Flores le pidió que se separaran en septiembre, pero que ella interpretó mal su petición y pensé que estaba tan mal tras el documental de Rocío Carrasco que lo que deseaba era alejarse de todo.
Detalla que le pidió un tiempo que él no le concedió porque se lo contó en ese momento a sus hijos, algo que, según Olga, ha sido lo más duro que ha vivido. Llamando a las cosas por su nombre, explica que su matrimonio se ha roto por culpa solo de Antonio David.
«Me rompí por completo cuando mi marido pronunció la palabra ‘separación’ y he luchado por mi matrimonio hasta que he visto a mi marido con otra», afirma recordando que se enteró de su deslealtad el mismo día que él apareció en unas fotografías saliendo de casa de Marta, ya que anteriormente le había preguntado si estaba con ella y él se lo había negado.
Ese día ya no pudo negarlo más y el silencio fue su respuesta. Un silencio que Antonio David Sigue manteniendo ahora, aunque algunos colaboradores, como Alesandro Lequio (61), sostienen que habla por boca de su hija Rocío, algo que ella no solo niega, si no rebate insistiendo una y otra vez en que le ha dicho a su padre las cosas que considera que no ha hecho bien.
Lo cierto es que poco a poco, con el paso de los meses, lo que parecía un matrimonio idílico saltaba por los aires y las supuestas infidelidades de Antonio David, que él siempre negó, se materializaron en un nombre propio, el de Marta Riesco, aunque ambos sostengan que su romance empezó tras la separación.
La maravillosa relación entre el colaborador y su hija también parece tocada y no está exenta de reproches y, ahora, Olga también ha perdido la confianza de Rocío Flores, quien poco a poco y a regañadientes parece ir aceptando a la nueva novia de su padre, que fue su amiga en el pasado y que incluso en su momento la avisó de la atracción que sentía por el ex guardia civil.
Estos son todos los ingredientes de un polvorín que podría saltar por los aires, porque no hay que olvidar que Flores vive semanas alternas en Málaga con Olga y con sus hijos, por el bien de estos, según Moreno, y en aras de una normalidad familiar que parece difícil de lograr.
Una convivencia que la sevillana acepta haciendo «de tripas corazón», como revela, y que es de suponer que no es del agrado de Marta, mientras Rocío se siente cada vez más sobrepasada y Flores está en medio de esta tormenta perfecta que él mismo ha originado.
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