Aunque su relación con su madre es inexistente, Rocío Flores (24) nunca ha ocultado la devoción que siente hacia su familia materna. Es muy habitual oírla hablar de su abuela Rocío Jurado y también de su abuelo Pedro Carrasco, a quienes perdió siendo una niña.
Pero, a partir de ahora los tendrá un poco más cerca si cabe, ya que ambos son los protagonistas de los nuevos tatuajes que acaba de hacerse:
«Son las firmas de mis abuelos, originales, clavados de su puño y letra», ha explicado la hija de Antonio David (45) junto a la imagen del resultado.
En su muñeca derecha luce, además del autógrafo de la chipionera, una rosa; y en la izquierda, la rúbrica del boxeador y el guante con el que ganó el campeonato del mundo. La joven también tiene estampada en tinta la fecha de nacimiento de su abuelo paterno, Juan.
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