Irene Rosales se quita la careta

Tras retirarse de la televisión y mantenerse en un discreto segundo plano, la mujer de Kiko Rivera muestra su verdadero sentir y ataca duramente a Isa y a Pantoja: «Estoy harta de que me lo achaquen todo a mí».

Reservada, tímida y, sobre todo, prudente. Así es como siempre se ha mostrado Irene Rosales (31) en las polémicas de la familia Pantoja. De hecho, tras los meses más duros de la guerra entre Kiko Rivera (38) e Isabel (65) por la herencia de Paquírri, la sevillana decidió abandonar su puesto en el programa ‘Viva la vida’ para evitar tener que dar explicaciones continuamente sobre el conflicto familiar.

Sus respuestas cuando los periodistas le han preguntado por la calle han sido escuetas y cortas, pero siempre posicionándose al lado de su marido en todas y cada una de sus decisiones por muy polémicas que estas fueran.

Pero Irene Rosales ha dicho ‘basta’. Cansada de fingir y mostrarse imparcial y abierta al diálogo, ha estallado contra la hermana y la madre de Kiko, dejando claro la opinión que tiene de todo lo que ha pasado en los últimos tiempos. «Estoy harta de que me lo achaquen todo a mí. Me han puesto en medio de la guerra sin haber hecho nada. No tengo relación con nadie», ha confesado en una entrevista para ‘Lecturas’.

«MUY DOLIDA»

Y es que, durante muchos meses, la que fuera colaboradora de Telecinco ha visto como su cuñada, Isa (26), ha hecho comentarios que no le han sentado nada bien. Y ha decidido plantar cara y defenderse de todas las acusaciones, mostrando también que no está dispuesta a acercarse a la familia de su marido.

«Ella me ataca para herir a su hermano. Solo quiere echar más tierra en nuestra pareja. Estoy muy dolida con ella porque he estado siempre que me ha necesitado. Le he abierto las puertas de mi casa», ha sentenciado. Pero la peor parte se la ha llevado su suegra, que la señalada como la culpable del distanciamiento con su hijo.

Además de asegurar que la cantante «ha dañado psicológicamente a Kiko desde que nació», la sevillana ha confesado que no le perdonará nunca que no llame a sus hijas y que no haya «vuelto a preocuparse por ellas».

Quizá ese sea el motivo por el que no piensa en una reconciliación «Quiero que Kiko tenga una buena relación con su madre, pero yo no voy a tener ningún tipo de relación con Isabel».