El formato de la tarde de Telecinco lo ha vuelto a hacer, se ha vuelto a superar después de que ayer parecía que ya habían tocado fondo con lo que hicieron con Bernardo Pantoja el padre de Anabel Pantoja.
Bronca y desmayo en directo.
Montaron un circo tremendo ya prácticamente dándolo por muerto a pesar de que el hombre todavía estaba agonizando, pues hoy, ya que se ha consumado el fatal desenlace, nos quedaba la pregunta de qué se les ocurriría esta vez al programa de la tarde de Telecinco para volver a montar otro Circo.
Pues así lo hemos vuelto a comprobar la tarde de hoy, y una vez más han vuelto a superar las peores previsiones.
Lo que ha pasado esta tarde ha sido verdaderamente bochornoso y ha provocado auténtica vergüenza ajena, y si quedaba la más mínima de duda a estas alturas, Anabel Pantoja no debería volver a querer tener nada que ver con esta gente después de lo que han hecho con el fallecimiento de su padre y en el mismo sitio donde estaban velando.
Como era de esperar, en «Sálvame» han mandado al tanatorio a dos reporteros.
Han mandado allí calleja como no y que siempre anda metido en estos asuntos tan turbios, y luego también han mandado a José Antonio León.
En un principio la cosa parecía correcta dentro de lo que cabe. Había más compañeros de prensa que también estaban trabajando por allí, aunque eso sí, a diferencia de ellos haciendo su trabajo de forma respetuosa, tomando declaraciones, por ejemplo, de Junco que ha dicho que va a intentar que la familia de que era su marido le diese su lugar.
Hemos visto también acudir a Kiko Rivera para luego marcharse y hasta ahí todo podíamos decir que transcurría con normalidad, pero como era de esperar esta gente algo tenían preparado para liarla.
Y el pollo se monta cuando llega al velatorio la tía Magdalena, que para quien no lo sepa, la tía Magdalena es una mujer que ha tenido bastantes problemas con la familia porque siempre se ha lucrado económicamente utilizando a Bernardo Pantoja, sacando por ejemplo fotos mientras se encontraba hospitalizado y protagonizando varias intervenciones en «Sálvame». El típico familiar aprovechado que trata de sacar tajada en Televisión y que, por tanto, por motivos obvios, no era una persona bien recibida allí.
Pues bien, llega la tía Magdalena ante el pasmo de todo el mundo y de repente según llega mandan a calleja a que vaya a buscarla para que se vaya con los reporteros de «Sálvame» que se encuentran un poco apartados del lugar donde está entrando y saliendo todo el mundo. O sea, se supone que esta mujer había llegado allí para dar el último adiós a Bernardo y lo primero que hace es irse a hablar con el reportero de «Sálvame» delante de las cámaras. Todo muy bien como podemos comprobar.
Como podéis imaginar, ya tenemos el circo montado.
La tía Magdalena empieza a despotricar, empieza a dar carnaza al programa arremetiendo contra toda la familia Pantoja, diciendo que si el clan se ha Interpuesto, que no la dejan despedirse de Bernardo, que si sobre todo ha sido de la hija y de la tía, refiriéndose Anabel y a Isabel Pantoja, que si a la mujer de Bernardo, a Junco, también la han desplazado completamente y le van a echar de su casa, que van a montar una despedida paralela al margen de toda la familia para que todos los amigos a los que no han dejado acudir puedan despedirse de él en condiciones…
Ya podéis imaginar que lo que debía ser una cosa tranquila y que transcurriera de forma respetuosa, pues ya se había convertido en un circo.
Y para rematar la faena, no tienen mejor ocurrencia en «Sálvame» que decir:
“¡Oye!, vamos a acompañar a la tía Magdalena hasta la puerta del tanatorio a ver qué pasa a ver si la dejan entrar” y se va Calleja con la tía Magdalena de la mano a la puerta del tanatorio y con la cámara detrás.
Evidentemente, a la cámara no le dejan avanzar porque no pueden tomar imágenes dentro del edificio y vemos como la tía Magdalena entra, pero a los dos minutos vuelva a salir sin que haya quedado muy claro hasta dónde ha podido llegar y si finalmente ha podido despedirse de Bernardo como dice que hubiera querido o si se ha quedado a las puertas. Lo que estaba claro es que esto lo que era un circo preparado desde el principio porque a continuación han conseguido lo que tanto buscaban, han conseguido sacar a gente de la familia de sus casillas y por gente de la familia me refiero nada más y nada menos que a Merchi, la madre de Anabel Pantoja, quien rápidamente ha aparecido ante las cámaras y ha recriminado a esta señora lo que estaba haciendo, que ya había conseguido lo que tanto quería, porque obviamente, ese no era ni el momento ni el lugar para convertirse en el centro de atención como lo estaba haciendo esta señora, con todo este circo mediático que había a su alrededor.
“Se acaba de morir Bernado Pantoja y tú vienes aquí con el reportero y el cámara de «Sálvame» a montar todo este despiporre”
Pues normal que Merchi se haya enfadado con esta mujer y a Merchi se la tienen que llevar de allí con un enfado morrocotudo, y ya para rematar la faena, ya faltaba la guinda y ya de repente vemos como la tía Magdalena se desmaya en directo delante de las cámaras.
De suerte, da la casualidad, de que se encontraba detrás el discípulo del mocito feliz para sujetarla y evitar que esta mujer se desnucara, porque seguro que se hubiese metido un “guarrazo” tremendo. (es un decir, porque la verdad es que todo era un numerito de lo más cutre)
La tía Magdalena, se ha recuperado enseguida y al momento estaba perfectamente bien y ha contado que, por lo visto, Anabel Pantoja ha sido la que la ha echado del tanatorio, que le ha llamado sinvergüenza, que ese ha sido el motivo por el que le ha dado “el parraque”… pero el caso es que como podéis imaginar el ambiente del tanatorio ya no era lo que tendría que haber sido en una situación de este tipo.
Una vez más, han convertido el fallecimiento y la despedida a una persona en un espectáculo televisivo de muy mal gusto.
Si le queda un ápice de dignidad a Anabel Pantoja después de esto debería hacer cruz y raya definitivamente a toda la gentuza con la que durante mucho ha compartido platós de televisión, pero… ¡Ya veremos!
Deja una respuesta