Familiares y amigos de la artista quisieron felicitarla personalmente, como Cayetana Guillén Cuervo o José Sacristán. «Está pachuchilla, pero tiene una Lucidez bárbara», dijo el actor tras visitarla.
En la vida no hay mejor regalo que el amor, el respeto, la admiración y el cariño de los demás, y eso es lo que ha recibido Concha Velasco a raudales por su 83 cumpleaños. La actriz sopló las velas el 29 de noviembre en la residencia madrileña Orpea Punta Galea, en la que reside, hasta la que en esa fecha especial no dejaron de llegar ramos de flores durante todo el día.
Además, aunque últimamente sus familiares habían restringido mucho las visitas a la artista por su delicado estado de salud, esa jornada quisieron hacer una excepción. Uno de los primeros en ir a verla fue su hijo Manuel (46), que llegó sonriente, pero se limitó a confirmar que su madre está «bien» y «muy contenta», y es que desde que se hizo público que la artista había sufrido un importante bajón en su salud el escritor se muestra muy escueto en sus declaraciones y mucho más esquivo con la prensa que de costumbre.
LA ETERNA CHICA YEYÉ
Todo lo contrario que José Sacristán (85), que, tras salir de visitar a su amiga, afirmó algo apesadumbrado: «Está flojita, está delicada, pero como siempre… la ‘chica yeyé’. No hay quién pueda con ella. Está flojita, pero bien». Eso si, el actor remarcó que Concha mantiene intacta su prodigiosa memoria: «Tiene una Lucidez bárbara y sigue recordando y estando, pero, ¿qué voy a contar yo que no sea una imprudencia?, está pachuchilla, pero es Concha Velasco hasta que haya de ser».
Quien también se acercó hasta la residencia para felicitar ala artista en persona fue Cayetana Guillén Cuervo (53). «Está contenta porque están viniendo amigos a verla, tiene una habitación muy bonita desde la que se ve el cielo y los árboles y está muy guapa», explicó sincera a su salida.
Periodista y comentarista en esto del ‘salseo’ y el mundo del corazón.
Paseando disfrazada de gata curiosa entres famosos y famosetes.
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