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Boda del príncipe heredero Hussein y Rajwa al Saif

El príncipe heredero Hussein y la princesa heredera Rajwa de Jordania salen del palacio de Zahran durante su boda el 1 de junio de 2023 en Amman, Jordania.

El Príncipe Heredero Hussein de Jordania, el hijo mayor del Rey Abdullah II y la Reina Rania, se casó con la arquitecta de Arabia Saudita Rajwa Al Saif en una lujosa ceremonia a la que asistieron miembros de la realeza internacional , incluidos el Príncipe y la Princesa de Gales, quienes hicieron una aparición sin previo aviso. La princesa Beatrice y su esposo Edoardo Mapelli Mozzi también se encontraban entre los invitados.

La boda real entre el príncipe Hussein de Jordania y la arquitecta saudí Rajwa al Saif constituye uno de los eventos más destacados del año. Este acontecimiento adquiere especial relevancia debido al estatus del príncipe Hussein como heredero hachemita y futuro monarca del país. Los reyes Abdalá y Rania, orgullosos padres, han unido en matrimonio a su primogénito en una ceremonia que ha situado a la capital de Amán en el epicentro de la atención mediática. Los contrayentes han estado acompañados por sus respectivas familias y un destacado número de representantes de otras Casas Reales, entre las que se incluyen la Casa Real Española, representada por los Reyes Juan Carlos y Sofía, y la Casa Real Británica, representada por los príncipes de Gales, Guillermo y Kate. A continuación, se presentarán minuciosamente los pormenores de un enlace de ensueño, inspirado en el estilo árabe y evocador de las historias de las mil y una noches.

La ceremonia tuvo lugar pasadas las tres de la tarde, hora española, en el palacio de Zahran, antigua residencia de la bisabuela del novio y el mismo lugar en el que los actuales monarcas contrajeron matrimonio hace casi tres décadas. En este marco, se congregaron los invitados más íntimos y los miembros de la realeza, totalizando aproximadamente 140 personas. A su llegada, los monarcas, ataviados elegantemente con Rania luciendo un impresionante diseño negro de Dior, dieron la bienvenida a los invitados. Entre ellos se encontraban la española Miriam Ungría, actualmente casada con un primo del rey Abdalá, y una ex jequesa de Catar, cuya presencia resultó espectacular. Además de los representantes de las Casas Reales europeas, como Suecia, Dinamarca, Bélgica, Países Bajos y Liechtenstein, fue especialmente cálida la acogida dispensada a nuestros Reyes eméritos, quienes acudieron al evento en un elegante atuendo, destacando la espléndida vestimenta rosa de Doña Sofía y el monarca apoyado en su característico bastón.

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La primera sorpresa llegó con la aparición de la radiante novia, Rajwa, quien lucía un impresionante vestido nupcial diseñado por Elie Saab. Acompañada por su cuñado, el príncipe Hashem, de 18 años y hermano menor del novio, la novia caminó hacia el altar, evocando una imagen conmovedora que recordaba al propio Hussein en un rol similar durante la boda de su hermana Imán con Jameel Thermiotis el pasado mes de marzo. Las hermanas del novio, las princesas Imán y Salma, se encargaron de asistir a Rajwa con la cola de su vestido.

El padre de Rajwa, Khaled, no pudo fungir como “padrino” debido a que tanto él como el rey Abdalá presidieron la boda en calidad de guardianes y ya se encontraban sentados en el lugar designado para la ceremonia.

La ceremonia islámica fue presidida por el Dr. Ahmed Al Khalaileh, imán designado, quien pronunció las palabras sagradas. Durante el rito, los novios escucharon atentamente sus enseñanzas, intercambiando dulces miradas y sonrisas que reflejaban su amor. La sencilla ceremonia concluyó con la recitación de sus votos matrimoniales, el intercambio de las alianzas y la firma del contrato matrimonial, en presencia de dos testigos: el príncipe Hassan y la princesa Muna, tío abuelo y abuela del novio, respectivamente. Una vez completado este trámite, las mujeres presentes expresaron su júbilo lanzando los tradicionales gritos árabes de alegría, conocidos como Zaghrout. No es en vano que el lema oficial de esta boda sea “Nos regocijamos”.

Posteriormente, los recién casados abandonaron solemnemente el palacio, incapaces de ocultar su felicidad. Su siguiente paso consistió en un desfile en un automóvil descapotable por las calles de Amán, donde recibieron el cariño y los buenos deseos de su pueblo. Este gesto simbolizaba la conexión profunda y cercana que los futuros monarcas deseaban establecer con su gente, quienes los recibieron con entusiasmo y gratitud.

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Este enlace matrimonial entre el príncipe Hussein y la arquitecta saudí Rajwa al Saif no solo representa una unión de dos personas, sino que trasciende las fronteras de Jordania y adquiere un significado simbólico para el país y la región. Como heredero al trono, el príncipe Hussein se encuentra en una posición de gran importancia y responsabilidad, y su elección de compañera de vida refleja la búsqueda de la estabilidad y el entendimiento mutuo en un mundo cada vez más interconectado y diverso.

Esta boda real ha capturado la atención de la sociedad y los medios de comunicación debido a su majestuosidad, elegancia y el carácter emblemático que la rodea. Con un enlace inspirado en la tradición árabe, la ceremonia ha sido un verdadero cuento de hadas que ha encantado a todos los presentes y ha dejado una impresión duradera en la memoria colectiva.

A medida que el príncipe Hussein y Rajwa al Saif comienzan su vida juntos como esposos, se espera que su unión fortalezca aún más los lazos entre Jordania y Arabia Saudita, y contribuya al avance y desarrollo de ambas naciones. Además, su matrimonio representa un mensaje de esperanza y renovación para la juventud de Jordania, quienes encuentran en esta pareja un modelo a seguir y una inspiración para construir un futuro prometedor.

En resumen, la boda real del príncipe Hussein de Jordania con la arquitecta saudí Rajwa al Saif ha sido un evento destacado, donde la tradición árabe se ha entrelazado con la pompa y el esplendor propios de las celebraciones reales. Esta unión no solo marca un hito en la vida de los novios, sino que también simboliza la continuidad de una monarquía y la apertura hacia nuevas perspectivas en el panorama internacional.

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