Andy García: El triunfo de un hombre tranquilo

El actor cubano fue uno de los grandes galanes del Hollywood de los noventa y, aunque su carrera lleva un tiempo estancada, sigue trabajando con la humildad de siempre. «Los obstáculos no me asustan», asegura.

Aunque su nombre real es Andrés Arturo García Menéndez, todo el mundo le conoce como Andy García (65), el actor cubano de mirada profunda y seductora sonrisa que ha enamorado a varias generaciones de espectadores.

Nacido en La Habana el 12 de abril de 1956, solo vivió en la capital cubana hasta los 5 años, puesto que su familia decidió mudarse a Miami (Florida) para huir de la dictadura de Fidel Castro y en busca de un futuro mejor. Y afortunadamente lo encontraron, ya que los padres del actor fundaron una próspera empresa de cosméticos que permitió a Andy y a sus hermanos disfrutar de una infancia tranquila.

En su adolescencia destaco en el baloncesto, pero enfermo de hepatitis y mononucleosis y el tiempo que tuvo que permanecer en cama truncó su carrera deportiva. Sin embargo, le hizo interesarse por la que acabaría siendo su profesión, la interpretación.

García comenzó a actuar en la Universidad Internacional de Florida y poco después partió hacia Hollywood, donde comenzó su carrera con papeles breves hasta que su trabajo en la película ‘Ocho millones de maneras de morir’ (1986) atrajo la atención de Brian de Palma (81). El director le fichó para ‘Los intocables de Elliot Ness’ (1987) y esta cinta dio el pistoletazo de salida a la carrera de Andy.

ROMPIENDO BARRERAS

En 1989, Francis Ford Coppola (82) comenzó a buscar actores para ‘El padrino III’ y el cubano fue uno de los elegidos. «Para sus ojos, yo era el actor que quería para ese papel, aunque no fuera italiano. Pero en la primera muy pocos lo eran, solo Al Pacino.

Lo importante es siempre la calidad y las cualidades del actor», ha dicho en alguna ocasión, criticando también que en Hollywood los intérpretes latinos lo tienen muy complicado para triunfar «porque influyen los estereotipos que pesan sobre nosotros… es una barrera que hay que romper».

Y él fue uno de los primeros en hacerlo, convirtiéndose en uno de los grandes galanes de los noventa gracias a títulos como ‘Héroe por accidente‘ (1992), ‘Cuando un hombre ama a una mujer’ (1994) o ‘Muerte en Granada’ (1996), en la que dio vida a Federico García Lorca. Un papel muy especial para él, ya que adora España y, de hecho, eligió a la modelo Inés Sastre (48) para la cinta ‘La ciudad perdida’ (2005), que significó su debut como director.

Además, en 2019 recibió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes por su cercanía a España y su firme defensa de los hispanos en Hollywood. «Mi padre solía decirme: ‘Nunca des un paso atrás‘. Y esa ha sido siempre mi filosofía vital. Los obstáculos no me asustan», afirma García, quien, a pesar de que su carrera se ha estancado en los últimos años, nunca se rinde:

«Sigo siendo un romántico y un idealista, por eso creo que los sueños pueden cumplirse».

EL MUY PERSONAL DE ANDY GARCÍA

• Nació con un hermano gemelo adosado a su hombro, formando un bulto como una pelota de tenis que le tuvieron que extirpar.
• Fue compañero de instituto del también actor Mikey Rourke (69).
• Rechaza las escenas de desnudos.