Su reaparición en las campanadas y el cariño recibido podrían haber animado a la artista a decidirse a volver al trabajo protagonizando una serie de 13 episodios ampliables.
Nada ha vuelto a ser lo mismo en la vida de Ana Obregón (64) desde que el 13 de mayo de 2020 falleciera su hijo, Alex, a los 27 años tras dos años de incasable lucha contra el cancer.
“He perdido todo, mi único hijo”, explicaba en octubre, cinco meses después de aquel fatídico día, admitiendo que aun se veía sin fuerzas de nada.
“No tengo ganas de reír ni de bailar ni de ponerme modélicos y por ahora no puedo trabajar”, confesaba rota de dolor en aquel momento.
Lo que muchos no imaginaban es que la actriz iba a dar un paso de gigante en este doloroso proceso de recuperación aceptando despedir el año en TVE junto con Anne Igartiburu.
Una retransmisión marcada por el conmovedor discurso de la artista con un beso al cielo que se convirtió en la más vista de todas las cadenas y ha desatado una enorme lluvia de cariño hacia la bióloga.
Tal es la gratitud y la fuerza que ha recibido que Ana podría ser más consciente que nunca de que la vida debe continua’ y que este es el momento para centrarse de nuevo en su carrera profesional.
No en vano, su representante e intima amiga, Susana Uribarri (52), artífice también de su reaparición el 31 de diciembre, podría estar preparando ya su regreso al mundo de la interpretación. Y, aunque se habló de un contrato como tertuliana en un programa de televisión, el proyecto elegido podría ser otro: una serie de 13 capítulos ampliables si la audiencia la respalda.
Si las negociaciones llegan a buen puerto, el rodaje podría iniciarse esta primavera.
Con su hijo siempre en la mente, su entorno asegura que la presentadora esté “muy ilusionada con el proyecto”, cuya trama y título aún son un misterio.
Así las cosas, lo que queda descartado de momento es su vuelta al teatro con ‘Falso directo’, que iba a interpretar con Andoni Ferreño (55) y que tuvo que suspenderse en abril por el empeoramiento de su hijo, la persona que “con su ejemplo de lucha y amor” le enseñó que hay que vivir cada día como si fuera el último.
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