Ainhoa, que se está recuperando en su casa familiar de su último problema de salud, guarda silencio mientras los comentarios sobre su difícil carácter y sus finanzas se sucede a raíz de las confesiones de su ex.
Su separación de Matías Urrea, en el centro de la polémica
Ainhoa Arteta (57) se está recuperando en su casa familiar vizcaína en compañía de su padre de la intervención en la que le amputaron dos falanges, una de la mano derecha y otra de un pie. Es el lugar que ha elegido para refugiarse en el que, sin duda, es uno de los momentos más difíciles de su vida. Y no solo porque este año ha encadenado varios problemas serios de salud, sino porque su separación de su cuarto marido, Matías Urrea (47), está haciendo correr ríos de tinta. Y no precisamente por su parte, ya que la que está considerada la mejor soprano española de los últimos tiempos guarda silencio sobre su último fracaso sentimental.
Una actitud muy diferente es la que parece haber tomado su ex, quien ha pasado de permanecer en un discreto segundo plano a la primera línea y ha estado a punto de sentarse en Sábado Deluxe para desvelar su punto de vista sobre su relación con la artista, su carácter, los motivos de su separación y defenderse de los rumores que afirman que se ha aprovechado de su fortuna.
MUY DERROCHADORA
Finalmente, el capitán de fragata no acudió al programa sopesando el «riesgo que podría acarrear en su carrera profesional», en palabras de Maria Patiño (50), pero si autorizó a que los colaboradores escucharan su entrevista previa y sacaran sus conclusiones.
Así, los que han podido escucharle de viva voz afirman que Matías tacha a su ex de tener un comportamiento de «diva» y de ser una mujer pasional e impulsiva que no reflexiona en la torna de decisiones. El militar se dibuja a sí mismo como un hombre que siempre ha estado al Servicio de su mujer, tanto en lo personal como en lo profesional, ya que gestionaba sus asuntos, pero que siempre quien tenía la última palabra era su mujer.
Según los colaboradores del programa Vespertino, para Urrea, la cantante es muy derrochadora y asegura que cuando él se hizo cargo de sus cuentas se dio cuenta de que vive al día y que no tiene una cuenta corriente abultada. No en vano los problemas económicos entre ellos han sido ampliamente comentados en las tertulias, ya que algunas voces apuntan a que el militar le reclamaría cierta cantidad a la cantante por un préstamo que la soprano presuntamente se niega a firmar.
El temperamento de la cantante también ha salido a relucir y fuentes cercanas a la pareja comentaban en el diario El Mundo que Ainhoa es «muy autoritaria» y que no trataba bien a su marido en fiestas y reuniones, sin importarle quién estuviera delante. En este sentido, en Sálvame también aseguran que Urrea habría filtrado a varios periodistas un material comprometido que demostraría lo complicado que es vivir con ella.
HACEN FRENTE COMÚN
Sin embargo, era Belén Esteban (47) la que daba la vuelta a la tortilla apuntando que Urrea quiso vender unas fotos de su mujer ingresada en un hospital «por motivos de salud, para dar a entender otra cosa». Y avanzaba que existían unos audios que dejarían en muy mal lugar al militar.
Lo cierto es que esta separación va cogiendo tintes de culebrón porque ahora también se ha sabido que en realidad la artista y Matías no están casados porque, aunque celebraron la boda, nunca firmaron los papeles para oficializar el matrimonio. También se ha comentado, y así lo corroboro Belén Esteban, que la que filtra información sobre la pareja es la hija de la cantante, Sarah Croft (21). Como en toda historia, siempre hay dos versiones y la verdad solo la conocen los protagonistas, pero el entorno de Arteta ha hecho frente común con ella siguiendo su ejemplo de guardar silencio sobre este tema.
Su padre, José Ramón, ya ha confirmado que no van a hacer ninguna declaración y ha defendido a su hija. «Es diva en el escenario, pero en la vida es lo más sencillo que se puede encontrar», ha asegurado. El tercer exmarido de la cantante, Jesús Garmendía, también ha salido en su defensa asegurando que es la mejor madre que puede «tener su hijo» y que «levantará la cabeza». Como así desean todos los que la quieren y la respetan.
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