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Agatha Ruiz de la Prada encantada con su nueva vida

Aunque su divorcio de Pedro J. Ramírez fue un «shock» y le costó superarlo, un reciente encuentro con el periodista en Venecia le ha hecho darse cuenta de que su herida está curada. «Ha sido como cerrar el círculo», reconoce.

Venecia es la ciudad del amor por excelencia y, por eso, Agatha Ruiz de la Prada (61) no ha podido elegir un destino mejor para realizar su primer viaje romántico con su nuevo amor, José Manuel Díaz-Patén (65). La diseñadora y el abogado se conocieron en noviembre y, tal y como ella misma ha reconocido, lo suyo «fue un flechazo».

Felices y enamorados, ambos pusieron rumbo a la ciudad de los canales para disfrutar por todo lo alto de sus famosas fiestas de carnaval, que son una cita ineludible para la madrileña. Lo que no se podía imaginar es que en una de ellas iba a darse de bruces con su pasado, al coincidir con el mismísimo Pedro J . Ramirez (69).

Desde que se separaron, hace cinco años, ambos habían hecho todo lo posible por evitarse. Agatha incluso acudió a firmar su divorcio del periodista ataviada con un burka para que este no «volviera» a verle «la cara». Pero el destino es caprichoso y, aunque gracias al carnaval todos iban con máscaras, les toco compartir espacio.

«Me enteré antes, pero ya lo tenía todo organizado… Lo que no me podía imaginar es que íbamos a estar tan cerca. », ha contado Agatha, quien reconoce que el hecho de tener tan próximo a su exmarido y a la actual esposa de este, Cruz Sánchez de Lara (49), no fue agradable

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«Estaba sentado a metro y medio de mí. Al principio ni le reconocí porque iba con máscara, con sombrero. Estuvo muy antipático, horroroso, ni me saludó». Y, aunque reconoce que entre ellos «nunca» podrá existir «un trato cordial», este cara a cara con el que fuera su marido durante 30 años ha sido de lo más revelador.

Y es que, lejos de removerle sentimientos dolorosos del pasado, le ha servido para descubrir que ya tiene completamente superada su ruptura: «Fue bueno para mí porque me di cuenta de que ‘el innombrable’ me da completamente igual. Ha sido como cerrar el círculo». De hecho, Agatha asegura que no solo no le amargo la fiesta, sino que la disfruto por todo lo alto: «Ellos no duraron mucho.

Después de la cena desaparecieron, creo que estaban incómodos, pero yo nada, me lo pasé bomba con José Manuel, llorando de risa toda la noche».

TOTALMENTE RENACIDA

Así es la nueva Agatha, una mujer divertida, con ganas de disfrutar cada segundo y que ha dejado atrás el «shock» y el dolor que le supuso que el hombre con el que había compartido tres décadas de su vida le pidiera el divorcio de la noche a la mañana. En aquel momento lo paso tan mal que adelgazó casi veinte kilos, pero después se dio cuenta de que todavía le quedaba mucha vida por delante.

Renovada por dentro y por fuera y volviendo a ver el mundo tan colorido como de costumbre, la marquesa de Castell dosrius se abrió de nuevo al amor y desde entonces no le ha faltado. El primero en conquistarla fue Luis Miguel Rodríguez (66), alguien completamente opuesto a ella, pero que le hizo reír como nadie.

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La diseñadora y el Chatarrero mantuvieron una relación de ida y vuelta hasta que ella, cansada de sus escarceos, le puso el punto final. Sin embargo, siguen siendo muy buenos amigos y Agatha afirma de él: «Es una persona genial»

En mayo de 2020, las flechas de Cupido unieron a la diseñadora con Luis Gasset, un discreto empresario con el que disfruto de viajes, cenas y eventos hasta que un año después se dieron cuenta de que no estaban hechos el uno para el otro. Sin embargo, eso no hizo que De la Prada perdiera la fe en el amor y ahora su corazón vuelve a latir con fuerza gracias a José Manuel Díaz Pato.

Juntos, desde hace tan solo unos meses, están en el momento más dulce de su relación, a juzgar por como habla la madrileña del abogado: «Es un hombre muy de campo, bastante primitivo, pero es muy adorable y entiende mucho de señoras. Es muy pasional, casi demasiado».

Con una sonrisa en los labios y la mirada cargada de picardía, está claro que Agatha está disfrutando al máximo del presente y que no solo no añora su pasado junto a Pedro J ., sino que les ha dado el portazo definitivo a aquellos años.

«He tenido la suerte de vivir esta última etapa de mi vida. Menos mal porque estuve a punto de saltármela si hubiera seguido con él… que desastre!», confiesa.


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