Una vez más ha vuelto a suceder.
Lo que todos imaginábamos y poco se atrevían a decir claramente… ¡pues ha sucedido!
No podía ser de otra manera.
La canción que llevamos este año a Eurovisión era un auténtico “truño”, una canción que no había por donde cogerla. Una canción monótona, sin sentido, aburrida, no entendible por el público. De hecho, Blanca Paloma ha sido la última en el voto público, con unos míseros cinco puntos.
Para el público, la peor canción de todo el festival. Y la verdad, es que no les faltaba razón.
¿Por qué nos esforzamos siempre en enviar este tipo de canciones?
Nos cuesta aprender. Lo de tropezar dos veces en la misma piedra parece que a nosotros nos va, nos gusta, somos especialistas en eso.
Es más, cuando conseguimos destacar como hicimos el año pasado con Chanel, entonces parece que se nos olvide y… hacemos caso omiso a lo que deberíamos haber aprendido.
No olvidemos tampoco que el año pasado estuvimos a punto de llevar la canción ¡Ay mamá!, de Rigoberta Bandini. Otro bodrio para eurovisión. Ahí tuvimos suerte, y pese a las voces exaltadas que reclamaban el expuesto de representación eurovisivo para Rigoberta, triunfo la cordura y enviamos a Chanel. Todo un acierto, pero por pura casualidad.
¿En serio alguien pensaba que toda Europa iba a tararear “EaEaEa”?
Bueno, el Maestro Joao, pronosticaba que quedaría en quinta posición. Un nuevo ridículo que añadir a la larga lista de idioteces que suele soltar por la boca el personajillo.
“Yo la veo en el puesto número 5”, aseguraba el vidente, insistiendo en que iba a encender velas por ella: “voy a encender hasta el horno”, insistía, tan patetico en sus afirmaciones como el puesto de España este año.
Tenemos que hacérnoslo mirar. Escuchar un poco más de música. Dejarnos de folklorito aburrido y viejuno y entender, de una vez por todas, lo que es Eurovisión.
¡En fin!
Redactora Jefe de GATITAROSA.com
Sin pelos en la lengua y sin casarme con nadie. Arremeto contra todo lo que no es justo. ¡Y hay muchas cosas que no son justas!
Amiga de mis amigos. Como amiga tengo mis defectos… pero como enemiga soy perfecta.
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