Su evidente transformación física a base de rellenos, intervenciones, inyecciones y liposucciones alcanza un coste de 26.000 euros. Pero para ella no hay dinero mejor invertido y afirma: «Yo soy muy pro de la cirugía estética».
Hay un refrán que dice que «para presumir hay que sufrir», y Maria Patiño es una experta en hacer sacrificios para verse guapa. A la colaboradora le encanta cuidarse tanto por dentro como por fuera y, aunque esté a punto de cumplir 50 años, más bien parece una veinteañera. Pero detrás de su cuerpo tonificado y su rostro liso y libre de arrugas no solo se esconden horas y horas de ejercicio físico y alimentación saludable, sino también la magia del bisturí. Algo que salta a la vista simplemente comparando imágenes de sus inicios en televisión con su aspecto actual y que, además, a ella nunca le ha importado reconocer. De hecho, suele compartir sus secretos de belleza y sus tratamientos en sus redes sociales y asegura: «Yo soy muy pro de la cirugía estética». Tanto es así que ya llevaría una pequeña fortuna invertida en moldear su cara y su cuerpo a su antojo y que, según los expertos, rondaría los 26.500 euros. Pero seguramente para ella sea el dinero mejor invertido, ya que está encantada con su físico, algo que no siempre ha sido así.
Su mayor complejo
Ella misma ha contado cuando decidió pisar un quirófano por primera vez: «Cuando superé los problemas de alimentación que tenía y después de hacer una terapia, mi psicólogo me indicé que era el momento de hacerme algo si quería, no durante el proceso porque no iba a ayudarme en nada porque el problema estaba dentro de la cabeza y no fuera». Tuvo claro su primer retoque: la nariz. Según dice, tenía «un poco de complejillo» y, aunque asegura que dudé mucho porque le daba miedo «perder» su «esencia», finalmente se lanzó: «Primero fue la punta de la nariz y al año siguiente el tabique, porque si no me lo hacía me tenía que pinchar en la punta cada seis meses y me dolía tanto que me metí en quirófano». Una vez superado el miedo inicial, Patiño pareció cogerle el gustillo y se animó a operarse del pecho para «ponerlo en su sitio», además de empezar a someterse periódicamente a otros tratamientos estéticos por distintas partes del cuerpo como hidrataciones en las manos, carillas en los dientes o infiltraciones de bótox, ácido hialurónico y vitaminas en el rostro. «Me ayudan a sentirme más guapa», reconoce. Y, por supuesto, no podía dejar sin retocar la parte más famosa de su anatomía: su cuello. La vena de la Patino es casi tan conocida como ella, pero para tratar de disimularla un poco también recurrió a la cirugía: «Cuando me cabreo, se me pone como una rana y entonces me hice un lifting cervical. Pero no me toqué los pómulos ni nada, solo que al tocar esa parte te sube todo lo demás».
¿Esclava de su físico?
Eso sí, a pesar de recurrir al bisturí siempre que lo cree necesario, la presentadora de Socialité no renuncia a sus duras jornadas diarias en el gimnasio, que, según dice, son su «medicina», y es que sabe que las dos cosas son fundamentales para tener un cuerpo 10: «Me debo seguir cuidando con una alimentación sana y con deporte. Si no, todo lo que me he hecho se va». Aun así, hace apenas dos meses volvió a ponerse en manos de su cirujano de confianza para librarse de los molestos michelines con una liposucción «La edad no jugaba a mi favor y, a pesar de hacer deporte todos los días, no conseguía los resultados que quería. Me ha quedado un abdomen plano». Y mientras asegura que su próximo objetivo es hacerse una hidratación de rodillas, hay quien cree que quizá se haya vuelto un poco esclava de su físico y que todas estas intervenciones sean su forma de luchar contra el paso del tiempo. Algo que Maria, sincera como siempre, tampoco ha dudado en reconocer: «Me da mucho miedo la vejez porque la relaciono con la enfermedad y eso es una equivocación».
El alto precio de María Patiño por intentar estar guapa
A lo largo de los años, Maria Patiño ha ido modelando su físico a su antojo gracias a la cirugía estética, un cambio completo para el que se requiere un importante desembolso económico. Así, por ejemplo, la novedosa liposucción que acaba de hacerse ronda los 6000 euros, lo mismo que el lifting cervical con el que se estira el cuello. Algo más baratos son la rinoplastia y el aumento de pecho, en tomo a los 5000 euros cada uno, mientras que su sonrisa perfecta le habría costado unos 800 euros. La colaboradora también ha dicho adiós a las arrugas de la cara, tratamientos que cuestan unos 2500 euros.
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