La presentadora ha reconocido que no se siente del todo a gusto con su cuerpo y que, cansada de verse «gorda» y «fea», ha tomado una decisión. «Lo primero que voy a hacer es operarme los pechos», ha confesado sin pudor.
Aunque todavía estamos en febrero, Toñi Moreno (49) tiene ya a vista puesta en el próximo 7 de junio. Ese día cumplirá 50 años y, como ella misma ha dicho, piensa tirar la casa por la ventana. Pero, al margen de las fiestas y celebraciones que haya planeado hacer, la andaluza tiene en mente algo aún más radical para celebrar su medio siglo de vida.
«Lo primero que voy a hacer, es operarme los pechos. Yo no me he operado nunca de nada, pero lo voy a hacer», ha confesado en el programa, El show de Bertín Tan natural y sincera como de costumbre, Toñi reconoció entre risas que está en la famosa crisis de los 50 y que ha tomado la decisión de pasar por el quirófano tras haberse visto «gorda» y «fea» en pantalla. De ahí que se vaya a lanzar de una vez: «Voy a cambiar lo que no me gusta».
La gran debilidad de Toñi Moreno
Lo cierto es que desde que nació su hija, Lola, hace tres años, la presentadora ha estado cuidándose mucho comiendo alimentos saludables, haciéndose tratamientos de belleza y yendo al gimnasio, pero ahora ha decidido buscar una ayuda extra para verse bien y que la vean Y bien, «Yo estoy abierta siempre al amor. De repente llega, te coge y te zarandea, pero yo no voy buscando nada porque cuanto más busques, peor», afirma.
De momento, su gran amor sigue siendo su hija, con la que se deshace en halagos «Es inteligente, guapa, alta… No se parece en nada a su madre. Yo la veo una niña perfecta».
Comentarista de todo esto de la prensa del corazón, llamémosle prensa rosa. Adicta al famoseo habitual de los programas de telerrealidad.
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