Pese a la oposición mayoritaria del círculo más íntimo de Falco, la marquesa le ha dado una segunda oportunidad a Onieva tras su cambio de actitud. «El entorno está estupefacto», confirma Pilar Vidal. Pocos días después de que Tamara Falcó (41) rompiera con Íñigo Onieva (33) por traicionar su confianza, la marquesa aseguraba que estaba trabajando el perdón hacia el hombre con el que iba a casarse. Pues dicho y hecho.
Todo sobre la reconciliación de Tamara
En solo tres meses, el empresario ha logrado lo que parecía casi imposible que la hija de Isabel Preysler (71) no solo le perdone, sino que le dé una segunda oportunidad. «Es verdad, hemos vuelto», ha confirmado ella. Así, de forma sorpresiva, han retomado su relación, no sabemos aun si en el punto en el que lo dejaron -con boda incluida-, pero lo han hecho felices y muy ilusionados.
Unas emociones que, al parecer, no sienten en absoluto los amigos y muchos de los miembros de la familia de Tamara, que ya le advirtieron en su momento que el madrileño no era como ella pensaba. Lo cierto es que esta reconciliación se antojaba muy remota para el círculo de la chef y ha caído como un jarro de agua fría. «El entorno está estupefacto», confirmaba la periodista Pilar Vidal, evidenciando que nadie esperaba que volvieran.
Más aún después de que la propia marquesa asegurara que veía «imposible» una reconciliación con el que se iba a convertir en su marido y padre de sus hijos, según los planes que ambos tenían. Pero los designios del señor son inescrutables y el amor ha sido más fuerte que el dolor. Tamara le propuso a su ex acudir juntos a la misa del gallo en la parroquia de Puerta de Hierro y él aceptó.
Ambos se sentaron en diferentes bancos, pero se acercaron juntos al altar para recibir al Niño Jesús, y en ese momento ella sintió una serial que le ha devuelto a los brazos del empresario.
Ferviente católica, Tamara siempre ha hecho gala de su fe y estas fueron sus palabras después de romper con Íñigo: «Le dije a la Virgen: ‘Si no es el hombre para mí, por favor, quitádmelo’». Y ahora quizá sus creencias la han animado para que le vuelva a hacer un hueco en su vida, aunque ello suponga no solo las criticas, sino también la desaprobación de todo su entorno y que tenga que tragarse sus propias palabras, porque no hay que olvidar que aseguró que su ex le daba «pena».
«Los que están perdidos en las sombras merecen conocer el amor de Dios», afirmó, refiriéndose a él tras dolerse porque había traicionado su confianza. Es más, también reconoció que su entorno más cercano llevaba tiempo alertándola de ciertos comportamientos de su pareja y les agradeció haberle hecho ver con quién se iba a casar, ya que se había enterado de muchísimas cosas más.
«Me he librado», señaló, calificando como «terrible» la posibilidad de haberse enterado de cómo era su prometido después de haberse casado. Declaraciones hechas desde el dolor, pero el camino que ahora tiene por delante la pareja no parece más fácil que el que ya ha transitado porque, al parecer, solo Tamara cree la catarsis que ha sufrido su novio, que ha dejado a un lado sus juergas nocturnas y se ha refugiado en la fe para recuperar a la marquesa yendo a misa asiduamente y haciendo el Camino de Santiago.
Un nuevo Íñigo que no va a tener sencillo que su suegra vuelva a aceptarle en la familia, ya que afirman que nunca le gusto y tras la ruptura aseguró que si volvía con él en su casa no era bienvenido y no entraría. Algo que muy a su pesar ya ha sucedido, porque el madrileño estuvo durante la noche de fin de año en su mansión, a la que llegó tras las doce campanadas aprovechando que Isabel no estaba.
Una velada en la que varios miembros de la familia Preysler festejaron el nuevo año, al mismo tiempo que se enteraron de que la pareja había retomado finalmente su relación.
No es mucho aventurar que hasta que Tamara tomó esta decisión en firme tuvo que mantenerla en secreto, vista la oposición de todo su entorno, mientras en los medios de comunicación iban deslizando dates sobre su acercamiento a Íñigo y ella negaba por sistema todo lo que se contaba.
Y es que, tras romper con el empresario el 24 de septiembre y dejarle el anillo de compromiso en la casa que ambos compartían y que posteriormente él abandonó, pasaron más de dos meses durante los que Onieva le pidió perdón mientras ella aseguraba que no habían hablado. Pero los rumores sobre un acercamiento entre ellos resonaban con fuerza y también parecía muy complicado que se hubiera desenamorado en tan corto periodo de tiempo, por mucho que ella insistiera en hablar de sus sentimientos en pasado.
Lo cierto es que todavía tenían una conversación pendiente y la mantuvieron el 30 de noviembre en la casa de un allegado, tal y como desveló Jorge Javier Vásquez (52): Tamara insiste en que no ha hablado con Íñigo, y no es verdad. Se vieron personalmente el 30 de noviembre por la noche en Madrid. Una reunión que se alargó hasta las cuatro de la mañana y en la que ella le habría contado a su exnovio que Hugo Arévalo (40) le estaba ‘tirando los trastos’, lo que habría provocado la furia del empresario.
Y mientas todo el mundo comenzaba a hablar de la nueva ilusión de la marquesa, refiriéndose a Hugo, ella seguía alimentando esta idea. «Algo hay porque hemos salido dos o tres veces como algo más que amigos», decía, dejando abierta esta posibilidad. El tiempo ha demostrado que solo era una cortina de humo.
Retomado el contacto, que algunos periodistas insisten en que nunca cortaron -incluso Antonio Rossi (42) llegó a asegurar que hablaban a diario, quedaron para acudir juntos a la misa del gallo y abandonaron el lugar en una furgoneta, obrándose lo que Onieva ha denominado como un milagro navideño.
Esa noche, Tamara le dio una segunda oportunidad y se han seguido viendo. «Testigos presenciales de esas citas sostienen que la reconciliación es un hecho», decía Beatriz Miranda. Una reconciliación que era cuestión de días que se confirmase después de que ambos se desbloquearan en sus Redes Sociales. Era Marisa Martín-Blázquez (59) la primera que comentó que había notado un gran cambio de actitud en Íñigo. «Estaba mucho más contento, mucho más empoderado y por lo que me dicen se esté dejando querer», señalaba.
No en va.no su entorno asegura que lo ha pasado «muy mal» porque está muy enamorado de Tamara y llevaba desde septiembre, cuando se destapó su infidelidad, suplicando a la marquesa que le perdonara de mil maneras diferentes. Además de sus palabras, acompañó sus ruegos con un cambio de actitud radical.
Un camino de redención que le ha funcionado y en el que siempre ha tenido el apoyo de su familia, que vivió con disgusto el huracán mediático que sufrieron tras la ruptura de la pareja; en especial, su madre, Carolina Molas (53), que se vio sobrepasada. Cuando Onieva pidió públicamente perdón a Tamara, ellos estuvieron a su lado para arroparle, conscientes de que era el ’villano’ de la película.
Ahora, todo ha cambiado y horas antes de que se confirmara la reconciliación, Íñigo fue visto en una tienda de alta joyería en Madrid acompañado de sus hermanos y su madre, quién sabe si para comprar un nuevo anillo de compromiso, ya que aún se desconoce si sus planes de boda siguen adelante. Lo que parece claro es que los Onieva están encantados de que el joven haya recuperado a Tamara, que ha apostado por el amor que siente poniéndose el mundo por montera. Parafraseándola, quienes la aprecian esperan que su reconciliación dure algo más que un nanosegundo en el metaverso.
Última hora sobre la boda de Tamara Falcó
Tras el anuncio de su reconciliación, la empresaria Tamara Falcó, Women Of The Year 2022, posa en exclusiva en el número de febrero de Harper’s Bazaar, The Butterfly Issue, y cuenta todos los detalles de su nueva faceta más personal. “Yo tengo esperanza y estoy enamorada. Allá que voy, allá que voy… Me veo pasando por el altar en 2023 y he estado pensando que solo tengo seis meses para el vestido de novia (risa contagiosa)”, detalla la empresaria.
Periodista y comentarista en esto del ‘salseo’ y el mundo del corazón.
Paseando disfrazada de gata curiosa entres famosos y famosetes.
Deja una respuesta