La periodista, que está pasando su primer verano divorciada, vive volcada en Mireia, Jan, Dorcette, la niña que adoptó en 2018, y Koudus, el joven ghanés al que acogió hace dos años. «Realmente tengo cuatro hijos», afirma.
Susanna Griso (51) puede decir alto y claro que tiene una de las carreras televisivas actuales más exitosas de nuestro país, pero no hay duda de que su mayor orgullo en la vida no es ese, sino su amada familia numerosa y multicultural. Y es que la presentadora de Espejo Público es una entregada madre que vive volcada en su prole.
Y, aunque este es un verano distinto porque se trata del primero tras su divorcio de Carles Torras (54), la catalana y sus hijos lo llevan muy bien.
«Tenemos muy buena relación y a ellos no les está costando nada», aseguró en la gala Starlite de Marbella, donde fue galardonada por su labor filantrópica.
Los responsables de que la felicidad de Griso sea enorme son las cuatro personas más importantes de su vida: Mireia (17) y Jan (16), fruto de su matrimonio con el productor de televisión; Dorcette (8), la niña de Costa de Marfil adopta da en 2018; y Koudus (18), el adolescente ghanés al que acogió hace dos años.
Precisamente a él dedicó sus palabras más bonitas:
«¡Es uno más! Yo lo quiero mucho.Realmente tengo cuatro hijos».
UNA VIDA MUY DIFÍCIL
Susanna también relató la dura vida que tuvo el joven hasta que sus caminos coincidieron:
Se quedó huérfano con cuatro años, trabajó en un campo de cacao y cuando su abuela le dijo que no había dinero, comenzó a viajar y llegó a Almería en patera. Luego acabó en un centro tutelado en Barcelona.
Tras quedarse en la calle por edad, la hermana de Griso, que trabaja en una asociación que ayuda a estos menores, le contó su caso y esta no dudó en ayudarle.
Ahora, dos años después, Koudus estudia ingeniería informática.
«Tiene una inteligencia prodigiosa y su capacidad de superación me tiene impresionada», explicó orgullosa.
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