Sálvame en Netflix

Primeras imágenes de Sálvame en Netflix

¡Damas y caballeros, prepárense para el caos televisivo en Netflix! Sí, lo has oído bien, ‘Sálvame’ está listo para invadir nuestras pantallas de streaming con todo su glamur chabacano y sus conflictos de patio de vecinos. ¡Ay, bendita era digital!

Las primeras imágenes filtradas del desembarco de los colaboradores en las oficinas de Netflix son simplemente épicas. Es como si los Reyes Magos llegaran al Polo Norte con los regalos más polémicos y absurdos que puedas imaginar. ¡Parece que han saqueado Mediaset y se han llevado todo lo que pudieron cargar!

En el hilarante video publicado por Netflix, podemos ver a los famosos colaboradores de ‘Sálvame’ arrasando con los muebles más icónicos del programa. María Patiño y Terelu Campos se dedican a cambiar los cuadros de las aburridas series de Netflix por las fotos de los reyes y reinas de la chabacanería que adornaban el famoso pasillo de la fama en Mediaset. ¡Qué honor, señores!

Pero eso no es todo, la gran diva Belén Esteban se pasea como una reina entre los empleados, repartiendo suculentas patatas y gazpacho. ¡Ay, qué generosa es nuestra princesa del pueblo! Y para completar la escena, Kiko Hernández irrumpe por la puerta montado en el mítico pulpillo, ese artefacto que parece haber salido de un capítulo perdido de ‘Volver al Futuro’. ¿Quién necesita un DeLorean cuando tienes un pulpillo?

El desembarco de ‘Sálvame’ en Netflix: caos, saqueo y chismes en la era digital”

No podemos evitar reírnos con esta extravagante invasión. Pero, ojo, que esto es solo el comienzo. Pronto veremos cómo estos divos y divas del cotilleo se adentran en tierras americanas, dispuestos a conquistar el continente con sus excentricidades y dramas interminables. ¿Conseguirán sobrevivir en la jungla de Hollywood? ¡No se lo pierdan, queridos teleadictos!

Así que ya saben, preparen las palomitas y abróchense los cinturones porque la llegada de ‘Sálvame’ a Netflix promete ser un torbellino de chismes, enfrentamientos y momentos dignos de un culebrón venezolano. ¿Quién necesita ficción cuando la realidad puede ser mucho más entretenida? ¡Gracias, Netflix, por esta dosis de decadencia televisiva que no sabíamos que necesitábamos!