Su fichaje como copresentadora de ‘Todo es mentira’ no ha convencido nada a la audiencia, que la ha recibido con una lluvia de comentarios negativos. «¡Qué manera de cargarse el programa!», aseguran muchos.
Las redes contra Mariló Montero
Mariló Montero (57) lleva varias décadas siendo una de las caras más conocidas de la televisión. Sin embargo, eso no la ha convertido en una de las favoritas de la audiencia, tal y como ha quedado patente en su nueva aventura laboral.
Tras un tiempo en segunda línea y haciendo solo colaboraciones esporádicas, la periodista ha vuelto a la tele por todo lo alto para sustituir a Marta Flich (44) como copresentadora de ‘Todo es mentira’ durante la baja maternal de esta.
Un nuevo reto con el que la navarra estaba muy entusiasmada: «Espero que la audiencia me respalde y, aunque echen de menos a Marta, que la acogida sea agradable».
Pero sus deseos no se han cumplido, ya que nada más terminar el primer programa las redes sociales comenzaron a echar humo y las criticas hacia ella no se hicieron esperar. «Madre mía. Increíble que hayáis fichado a Mariló. ¡Qué manera de cargarse el programa!», decía un seguidor del magacín de Risto Mejide (47), mientras que otros iban más allá afirmando:
«Mientras esté esta señora no veré ‘Todo es mentira’» o «valiente fichaje… como Marta tarde mucho en volver, creo que tienen que cancelar el programa…».
Y es que para muchos espectadores Mariló peca de «prepotente» e «imparcial».
Mariló Montero hace oídos sordos a las críticas
Uno de los pocos que salió en su defensa fue su exmarido, Carlos Herrera (65), que lanzó una divertida advertencia a Risto Mejide en tono de broma:
«Le coge la silla y el programa como se descuide».
Ella, por su parte, ha hecho oídos sordos, ya que esté acostumbrada a las críticas:
«Tengo un chip dentro que me inmuniza de cualquier tipo de ataque».
Y, aunque reconoce que a veces se toma «la vida demasiado en serio», ha puesto al mal tiempo buena cara y, cuando le preguntan cómo está, afirma:
«Estoy para “comerme”»
Comentarista de todo esto de la prensa del corazón, llamémosle prensa rosa. Adicta al famoseo habitual de los programas de telerrealidad.
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