El príncipe Eduardo, miembro destacado de la familia real inglesa, ha adquirido mayor notoriedad tras el fallecimiento de su madre, la difunta reina Isabel II. A partir de su reciente nombramiento como duque de Edimburgo, deberá asistir a más eventos públicos, lo que podría requerir que modifique su conducta en cuanto al saludo y acercamiento al público.
Según se informa, el príncipe Eduardo se ha destacado por su discreción y su renuencia a estrechar la mano de los súbditos en eventos oficiales. En una reciente visita a la ciudad escocesa de Edimburgo, el nuevo duque no estrechó las manos de los asistentes a su encuentro público, tal y como se evidenció en las fotografías de prensa. Del mismo modo, en septiembre del año pasado, cuando los miembros de la familia real acudieron a saludar a los ciudadanos que se congregaron en el Palacio de Buckingham para rendir homenaje a la fallecida reina Isabel II, el príncipe Eduardo no estrechó las manos de ninguno de ellos.
En cuanto a las razones detrás de su conducta, se ha reportado que el príncipe Eduardo evita estrechar manos en eventos públicos debido a la necesidad de optimizar su tiempo y así poder hablar con la mayor cantidad posible de personas. Este comportamiento se ve reflejado en el deseo de mantener un flujo constante de interacción con el público, sin detenerse en el saludo formal. Aunque algunos ciudadanos podrían sentirse defraudados por la ausencia de un gesto de cercanía, la estrategia del príncipe Eduardo es coherente con su intención de mantener un contacto cercano y fluido con el mayor número de personas posible en un espacio de tiempo limitado.
Además, se ha informado que el príncipe Eduardo se mantiene fiel a su estrategia de no estrechar las manos en eventos públicos, evitando así hacer excepciones que puedan generar desigualdades entre los asistentes a dichos eventos. De este modo, al no hacer distinciones entre los asistentes, el príncipe Eduardo evita la aparición de favoritismos o desigualdades en su interacción con el público.
La decisión del príncipe Eduardo de no estrechar manos en eventos públicos se debe a una estrategia que busca optimizar su tiempo y mantener un flujo constante de interacción con el mayor número de personas posible. Esta estrategia evita la aparición de excepciones y desigualdades entre los asistentes, lo que es coherente con el enfoque igualitario que caracteriza a la familia real inglesa.
Melissa Reginald es una experta en Casas Reales, y a la que muchos consideran como la Jaime Peñafiel en la sombra. Poco amiga de los medios audiovisuales porque siempre ha sido muy celosa de su intimidad. Sabe mucho. Habla lo justo.
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