La exmujer de Bertín reconoce que, aunque todo ha sido de mutuo acuerdo y sin conflictos, no siempre le ha resultado fácil sobrellevar la ruptura y ha tenido algún «bajón».
Por muy civilizadas y maduras que sean, las rupturas sentimentales nunca resultan fáciles para nadie. Tampoco para Fabiola Martínez (49) y Bertín Osborne (67), quienes firmaron el pasado mes de febrero su divorcio, un año después de poner punto final a su amor tras casi dos décadas juntos.
Y es que, tal y como acaba de confesar con total sinceridad la venezolana, aunque en su caso todo ha sido de mutuo acuerdo y no ha habido conflictos, el proceso no ha estado exento de dolor. «Es como todo, cuando vas al gimnasio y entrenas cada vez estás más fuerte… Hay días muy duros en los que te apetece solo llorar y no levantarte, pero lo haces», afirma la empresaria, visibilizando una realidad que afecta a muchas personas.
SE SIENTE «TRANQUILA»
Y eso que Fabiola es consciente de que es una gran suerte que la relación con el cantante siga siendo buena, sobre todo por el bienestar de sus hijos, Kike (15) y Carlos (14), pero eso no significa que no haya momentos en los que la tristeza se apodere de ella. «Hace unos días me dio un bajón. Y Carlitos me preguntó:
¿Pero, mamá, soy yo?. Y yo le dije que no, que era todo. Y me dijo: ‘La presión?’. Y yo: ‘; Si!’», cuenta la exmujer de Bertín, orgullosa de la «madurez» de su pequeño. No en vano, sus niños han sido su mejor apoyo para afrontar la separación y, ahora, después de comenzar una nueva vida en otra casa con ellos y de centrarse en su trabajo, la venezolana por fin afirma que se encuentra «tranquila».
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