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El regreso de Ana Rosa Quintana: Vuelve la reina de las mañanas

La ‘reina de las mañanas’ cumple su sueño y regresa a su programa cargada de fuerzas tras un camino muy duro, pero que, como señala, ha tenido un final feliz» porque ha ganado la batalla «Si no me encontrara bien, no volvería».

Durante la extensa carrera de Ana Rosa Quintana (66), seguro que ha vivido momentos emocionantes, pero ninguno como el de su vuelta al programa que lleva su nombre tras casi un año de ausencia obligada. Unos meses en los que, por primera vez en su vida, se ha dedicado a ella y a su familia, dejando a un lado el trabajo para volcar todos sus esfuerzos en curarse del cáncer de mama que le detectaron en otoño del año pasado.

El 10 de octubre de 2022 quedará marcado para siempre en su calendario personal como el día de su vuelta a su trabajo, pero también por lo que esto significa: que ha superado la enfermedad. «Llevo treinta años haciendo programas en directo y es la Segunda vez que me alejo unos meses de mi pasión el periodismo y contar la vida en directo. La anterior fue muy feliz por mi embarazo y esta ha sido un poco más complicada, pero también con final feliz.

Tengo ganas, ilusión y la necesidad de contar cada mañana el momento, también complicado, que nos ha tocado vivir», ha expresado la presentadora, confirmando la mejor de las noticias. Algo en lo que también incidió en su primera aparición tras conocerse la fecha de su vuelta a Televisión: «Si no me encontrara bien, no volvería».

UNA MUJER VALIENTE

Cuando en noviembre del año pasado, vestida de blanco impoluto, su color fetiche, anunció a la audiencia que se retiraba temporalmente, sus palabras esperanzadas fueron estas: «Sé que me voy ailusionantecurar y que me espera un camino complicado, como conocen muchas mujeres valientes». Una victoria que ha llegado tras una etapa difícil que quizá relate para compartir la dureza de los tratamientos contra el cáncer, que solo conocen quienes los han sufrido en sus propias carnes y sus allegados.

Desde el comienzo, la madrileña mostró su absoluta confianza en sus médicos y en los avances de la investigación y, por fortuna, no le han defraudado. Ahora se abre para ella una nueva etapa ilusionante en la que volcara toda su pasión, profesionalidad y también el punto de vista de alguien que ha estado luchando por lo más importante, vivir, alejada de las crispaciones continuas que vivimos en los últimos tiempos y que reflejan los medios de comunicación.

«Me siento como una novata en su primer día de programa. Han pasado once meses y estoy deseando reencontrarme con mis compañeros, con los espectadores, que me han acompañado tanto durante estos largos meses, y con la bendita rutina», escribía días antes de volver mientras su entorno aseguraba que estaba «nerviosa y muy ilusionada» por regresar.

LLENA DE AMOR

Si por algo se ha caracterizado siempre Ana Rosa, y precisamente eso la ha hecho ser ‘la reina de las mañanas’ desde 2005, es por su autenticidad y sinceridad. La misma con la que contó su enfermedad el 2 de noviembre del año pasado, compartiendo con su público lo que califico como «lo más importante y duro» que le ha pasado en la vida y detallando que le habían encontrado un carcinoma en una mama, que estaba localizado y que no tenía metástasis.

Desde ese momento se retiró para vivir en la intimidad de su hogar, la cirugía y el tratamiento de quimioterapia y radioterapia que ha tenido que seguir para plantar cara al cáncer. Durante estos once meses ha mantenido un perfil bajo, pero no ha descuidado a sus seguidores y ocasionalmente se ha asomado a sus redes para tranquilizar sobre su estado de salud, consciente del cariño que muchas personas le tienen y que ha sentido durante este tiempo.

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«Soy una afortunada por tener tanto amor alrededor», confesó cuando anunció su abandono temporal. Un sentimiento que le ha ayudado en su proceso. «Ha sido tan bonito el cariño en todo este tiempo», decía emocionada días antes de volver al trabajo. Un afecto que no es otro que el que ella da, y como ejemplo no hay más que ver a todos sus compañeros de programa, con Joaquín Prat (47) y Patricia Pardo (39) a la cabeza, que día tras día la han recordado, le han mandado un beso o un gesto de cariño y han manifestado la sensación de orfandad que sienten sin ella.

Algo que se extiende a todo el equipo que trabaja tras las cámaras porque, como ha dicho la Quintana, son una gran familia. Y lo cierto es que, en un mundo con tantas envidias, rencillas y zancadillas como el de la televisión, Ana Rosa es como un mirlo blanco, del que nunca nadie habla mal y es querido por todos.

SUS NUEVOS HÁBITOS

Durante las primeras semanas de su convalecencia, la presentadora se dejó ver en varias ocasiones y siempre relacionadas con asuntos laborales de su productora, Unicorn. Por ejemplo, quiso apoyar públicamente a Sonsoles Onega (44) en su primer día en ‘Ya son las ocho’ y estuvo comiendo en un conocido restaurante madrileño con Omar Montes (34), protagonista de la serie ‘El principito’.

Pero con el paso de los días su presencia se fue difuminando y eligió su Instagram como su ventana al mundo para contar como se encontraba, en qué se apoyaba o lo que la estaba ayudando en su proceso vital. No es mucho aventurar que esta decisión tuvo mucho que ver con la dureza de su tratamiento, que no ha sido un camino de rosas como en ningún caso, y en el que hay días mejores y días peores.

Desde las redes agradeció haber sido premiada con el galardón Antena de Oro y deseó una feliz Navidad a todos. En febrero se animó a comentar su estado de Salud. «Afortunadamente, me encuentro muy bien y ya estoy en la recta final de la ‘quimio’. Esto me lo tomo también como un trabajo, comida sana, entrenamiento, tres días ala semana, yoga un día, caminatas largas, disfrutar de la familia, el apoyo de mis compañeros, los miles de personas que me hacen llegar su cariño y buenos deseos, pensamiento positivo y tener la seguridad de que me voy a curar gracias a nuestros excelentes médicos», escribía junto a una imagen suya leyendo un libro.

Un mes después aseguraba que estaba trabajando la paciencia y aprendiendo muchas cosas». «He dicho ‘hola’ a verduras y frutas, a lo natural y ecológico, ‘adiós’ al azúcar, todo lo procesado, las grasas, el alcohol y todo lo que ya sabemos y no hacemos. Alimentarse bien y hacer ejercicio funciona», escribía después de pasar por quirófano y poco antes de compartir una imagen practicando yoga.

De esta manera, no solo ha mantenido informado a su público fiel, sino que ha dado ánimos y esperanza a los miles de personas que están atravesando o van a atravesar el mismo camino tortuoso que ha transitado ella.

Quienes la conocen bien aseguran que ha afrontado este proceso, siempre con una sonrisa» y con unas ganas de luchar y de vivir increíbles. Y la eterna sonrisa es la que lució el pasado mes de mayo cuando rompió su ‘retiro mediático’ para acudir a la plaza de toros de Las Ventas junto con su amiga Cristina Tàrrega (55), donde recibió el cariño de todos los presentes y aseguró que se encontraba bien: «Empezando la vida otra vez. Esto ya creo que lo hemos superado», confirmó esperanzada.

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A finales de junio dio un paso más y decidió acudir a la fiesta de su productora, donde estuvo acompañada por sus compañeros y algunos de sus amigos más cercanos. Allí posó para la prensa y lució su nueva imagen, con el pelo muy corto y teñida de rubio platino. Un ‘look’ muy alabado por todos al que ella restó importancia con la naturalidad que la caracteriza, evidenciando que había sido por pura necesidad y no por una elección personal.

«De la necesidad, virtud. Siempre pensé que cuando dejara la tele me iba a cortar el pelo y me lo iba a teñir de platino, todavía estoy a mitad de camino… pero esto no estaba calculado», confeso con una gran sonrisa. «Yo estoy muy bien. La verdad es que durante todo el proceso, que es duro, no voy a engañar, he tenido suerte y lo he llevado bastante bien», reconoció con sinceridad.

TRABAJO MUY EXIGENTE

Todas sus declaraciones hacían pensar que Ana Rosa arrancaría la nueva temporada de su programa e incluso Joaquín Prat confirmo que regresaría en septiembre, pero su vuelta se retrasó, al parecer, porque estaba pendiente de unas pruebas médicas. Ella estaba «deseando volver», pero necesitaba no solo el beneplácito de los médicos que la trataban, sino saber qué sería capaz de hacer su trabajo igual que antes.

No en vano estar casi cinco horas en directo cinco días a la semana, sin olvidar el madrugón que ello supone y la exigencia que requiere, no es una tarea fácil. Según ‘lnformalia’ incluso se barajó la posibilidad de que solo estuviera en una parte del programa y del resto se hicieran cargo Joaquín Prat y Patricia Pardo, que tan bien lo han hecho hasta ahora, pero se descartó. Para evitar las especulaciones sobre su estado de Salud, su entorno confirmó que no se encontraba mal y que había respondido bien al tratamiento, pero que necesitaba estar al 100% para permanecer tantas horas frente a las cámaras, recordando que lo que había tenido es un cáncer, con todo lo que ello implica.

Y es que al desgaste no solo físico, sino también emocional, que supone, se le une la incertidumbre por el futuro y el sufrimiento. Lo cierto es que en la última aparición de la presentadora, en la fiesta de su empresa, reconoció que estaba siendo duro y se la vio visiblemente más delgada, algo que comentó Prat y una consecuencia lógica del tratamiento, además de muchas otras que llevan aparejadas la quimioterapia, caída del cabello o el debilitamiento. Sea como fuere, Ana Rosa Quintana ya está de nuevo de vuelta ocupando su trono de las mañanas, con una ilusión renovada y. lo que es más importante, curada del cáncer de mama, una enfermedad que ya sufrió en 2010 y que ha vuelto a superar abriendo la puerta a la esperanza a los miles da personas que por desgracia, la padecen o la padecerán a lo largo de su vida..

‘El programa de Ana. Rosa’ recupera a su capitana para seguir reinando en las mañanas de la televisión como bandera.

Ana Rosa Quintana ya padeció cáncer de mama

El 19 de octubre es el día para concienciar sobre el cáncer de mama, que es el que ella ha padecido en dos ocasiones. La primera en 2010, aunque no lo contó hasta ocho años después, explicando que cuando sucedió sus hijos eran muy pequeños y tampoco quería preocupar a su madre, y por eso lo mantuvo en su intimidad. En la segunda ocasión, si se lo contó a su audiencia, en noviembre del año pasado, cuando abandono el trabajo para curarse. Ahora tiene por delante las revisiones rutinarias para confirmar que todo va bien.


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