Es evidente que esta edición de Supervivientes es un poco churro.
Tiene mucha audiencia.
Pues si. Pero una cosa no quita la otra.
Para muestra un botón.
Carlos Lozano, buen superviviente y mejor showman, está en la calle, mientras que Oto, pésimo superviviente y peor showman, sigue concursando. El muchacho es más soso que un bocadillo de pipas y creo que poca gente entiende que sigue haciendo en la isla.
Pero como todo gira en torno a doña Panto, están ignorando todo lo demás.
El caso es que ya tenemos aquí(en suelo patrio) a Carlos Lozano. Después de más de un mes y medio en Honduras dándolo todo por permanecer en Supervivientes 2019, el presentador ha regresado a España con un rostro de triunfador tras la reconciliación que vivió en su última semana con la que siempre ha asegurado que ha sido el amor de su vida, Miriam Saavedra.
Carlos no ha podido hacer declaraciones como dictan las normas de la organización pero ha regresado muy alegre, irradiando felicidad, y prueba de ello son los saludos y los besos que manda a los periodistas que preguntan sin cesar sobre todos los frentes que ha quedado en los Cayos Cochinos de Honduras.
Lozano ha sido recibido por un aluvión de aplausos y gritos de «Carlos Ganador» por parte de las personas que estaban presentes en la terminal 4.
Sin quitarse los cascos y sin poder decir ni una sola palabra, el periodista se marcha agarrado de la mano de dos personas de la organización de Bulldog TV.
Ha sido una lástima su expulsión de la isla.
Nos habría encantado seguir minuto a minuto su reconciliación con Miriam.
¡En fin!
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