El príncipe Alberto ha asegurado que su esposa está mucho mejor» y que espera que «vuelva pronto a casa», pero el mutismo sobre su verdadero estado de salud continúa avivando las especulaciones sobre su ausencia.
La vuelta a Mónaco de la princesa Charlene (44) está cada vez más cerca de convertirse en una eterna promesa. Y es que, a pesar de que lleva meses siendo «inminente», su esperado retorno al país en el que están su familia y su hogar, así como sus obligaciones como miembro de la Casa Real monegasca, no parece llegar nunca.
Sin contar, claro está, su fugaz viaje el pasado noviembre al Principado tras pasar seis meses en Sudáfrica antes de instalarse poco después en una clínica en Suiza, en la que sigue recuperándose de sus graves problemas de salud y de sus secuelas psicológicas.
Por eso no sorprende que, pese a que Alberto (63) ha asegurado recientemente en una entrevista en el ‘Mónaco Matin’ que su esposa «está mucho mejor» y que espera que vuelva pronto a casa», las especulaciones sobre lo que le pasa realmente a la sudafricana no cesan. No es para menos, ya que el mutismo de los Grimaldi en este asunto no hace sino acrecentar el misterio que siempre ha rodeado a la princesa y que ya era evidente hace años, como bien se ha podido recordar con las fotografías cargadas de misticismo y tristeza que le hizo el artista Christopher Morris en 2015 y que acaban de ver la luz.
«FALTAN VARIAS SEMANAS»
Tal y como aseguró el Palacio monegasco hace tres meses, Charlene está recibiendo tratamiento por agotamiento emocional y físico severo en un exclusivo centro suizo. No obstante, la falta de noticias sobre su evolución, que por norma general se limitan a contar que «progresa de manera satisfactoria», pone en entredicho ‘que su esperado regreso vaya a producirse en breve.
Según la experta en realeza Brittanica Barger, «faltan varias semanas más» para que se produzca. Tan solo el amor que siente por sus hijos, los gemelos Jacques y Gabriella (7), puede acelerar su vuelta:
«Su mayor razón para regresar es que es madre».
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