En el marco de su visita oficial a Malta, el duque y la duquesa de Edimburgo continúan conmemorando el 60 aniversario de la independencia del país. Este importante acontecimiento ha sido marcado por diversas actividades y visitas oficiales, que buscan resaltar los lazos históricos que unen al Reino Unido con la nación mediterránea. En su tercer día de estancia, el 10 de octubre de 2024, los duques realizaron una visita a la emblemática Villa Gwardamanġa, una propiedad profundamente vinculada a la reina Isabel II y al príncipe Felipe, duque de Edimburgo.
Villa Gwardamanġa: Un lugar lleno de historia
La Villa Gwardamanġa, situada en el distrito homónimo de Malta, ocupa un lugar destacado en la historia personal de la familia real británica. Esta residencia fue el hogar temporal de la reina Isabel II y el príncipe Felipe durante los años posteriores a su matrimonio, cuando Felipe fue destinado a Malta en su rol de oficial de la Marina Real Británica. Entre 1949 y 1951, el duque de Edimburgo sirvió en la colonia de la Corona británica de Malta, y tanto él como la reina Isabel II, entonces aún princesa, disfrutaron de una etapa relativamente tranquila en la Villa Gwardamanġa, que fue alquilada a Lord Mountbatten, tío de Felipe.
Los duques de Edimburgo mostraron un interés particular en conocer el estado actual de las obras de restauración de esta histórica residencia. Durante su recorrido, pudieron observar los trabajos destinados a preservar esta pieza clave del patrimonio cultural maltés, la cual conserva la memoria de aquellos años en los que Felipe e Isabel vivieron como una pareja joven y alejada momentáneamente de las exigencias reales. “Este lugar está impregnado de recuerdos de una época diferente,” comentó el duque, refiriéndose a los meses que pasó en Malta con su esposa, quien más tarde se convertiría en la reina del Reino Unido.
Los años de la reina Isabel y el príncipe Felipe en Malta
La estancia de la reina Isabel II y el príncipe Felipe en Malta fue un periodo breve pero significativo en sus vidas, durante el cual pudieron disfrutar de una vida más privada y relajada, lejos de las obligaciones oficiales que más tarde dominarían su existencia. Villa Gwardamanġa, al ser el hogar alquilado del príncipe Felipe y su esposa, representa un símbolo de esa libertad que la pareja real experimentó antes de que la carga de la corona cayera sobre ellos en 1952, cuando Isabel II ascendió al trono tras la muerte de su padre, el rey Jorge VI.
Durante su tiempo en Malta, el príncipe Felipe sirvió en la Marina Real Británica, y tanto él como su esposa pudieron vivir una vida comparativamente normal, algo que pocos miembros de la realeza han podido experimentar. La duquesa de Edimburgo, acompañada por su esposo, comentó la relevancia histórica de la residencia y expresó su admiración por los esfuerzos de conservación llevados a cabo en la villa.
La visita al monumento conmemorativo Daphne Caruana Galizia
Después de su visita a Villa Gwardamanġa, la duquesa de Edimburgo se desplazó a la capital de Malta, La Valeta, para realizar un acto profundamente simbólico. En una ceremonia solemne, la duquesa depositó un ramo de flores en el monumento conmemorativo Daphne Caruana Galizia, en honor a la valiente periodista maltesa que perdió la vida en 2017 a causa de un coche bomba. Este trágico atentado tuvo lugar mientras Caruana Galizia investigaba casos de corrupción en altos niveles de los círculos políticos y empresariales malteses.
La duquesa de Edimburgo, visiblemente conmovida, rindió homenaje a la labor de la periodista, destacando la importancia de la libertad de prensa y la valentía de quienes luchan por la verdad y la transparencia en circunstancias peligrosas. “Daphne Caruana Galizia fue una defensora incansable de la justicia, y su legado debe ser preservado y honrado,” señaló la duquesa durante su visita. Este gesto fue un reconocimiento no solo al trabajo de Caruana Galizia, sino también a la lucha global por la libertad de expresión y los derechos humanos.
La relevancia de la visita en el contexto de la independencia de Malta
La visita de los duques de Edimburgo a Malta en 2024, con motivo del 60 aniversario de la independencia de la isla, pone de manifiesto los estrechos vínculos que aún perduran entre el Reino Unido y Malta, a pesar de la independencia formal del país en 1964. El duque y la duquesa han destacado la importancia de estos lazos históricos y culturales, subrayando el papel que la familia real británica ha jugado a lo largo de los siglos en la historia de Malta.
Al recordar la estancia de la reina Isabel II y el príncipe Felipe en la isla, esta visita resalta también un aspecto más íntimo y personal de las relaciones entre ambas naciones. El duque de Edimburgo expresó su gratitud por la cálida bienvenida recibida durante su estancia y destacó los avances que Malta ha logrado desde su independencia, no solo en términos de desarrollo económico y social, sino también en su papel creciente en el escenario internacional.
de Zimmermann
Melissa Reginald es una experta en Casas Reales, y a la que muchos consideran como la Jaime Peñafiel en la sombra. Poco amiga de los medios audiovisuales porque siempre ha sido muy celosa de su intimidad. Sabe mucho. Habla lo justo.
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