Pese al escándalo que acompañó a las docuseries de la hija de ‘la más grande’, en las que contó todo de su entorno, dos años después no ha habido consecuencias.
La reciente inauguración del museo de José Ortega Cano (69) ha ido una nueva oportunidad para ver reunida a una de las familias más mediáticas del panorama nacional. El evento estuvo lleno de caras conocidas, pero, sin duda, una de las asistencias que más llamó la atención fue la de Rocío Flores (26). Y es que con su presencia puso de manifiesto que, casi dos años después de que Rocío Carrasco (45) rornpiera su silencio por primera vez en décadas, cargando duramente contra su entorno, todo sigue igual entre ellos.
Algo que parecía impensable dado el ‘tsunami’ informativo y social que provocaron las docuseries ‘Rocío, r contar la verdad para seguir viva’ y ‘En el nombre de Rocío’, pero que finalmente no ha tenido las consecuencias que se esperaban. En ambos programas, Carrasco destapó la peor cara de sus familiares, lo que dio lugar a duros cruces de acusaciones.
Sin embargo, hoy por hoy nada ha cambiado sustancialmente entre los dos bandos. Ni siquiera para uno de los grandes protagonistas de toda esta polémica, Antonio David Flores (47). La que fuera su mujer contó su traumática vida junto a él y anunció, decidida, su intención de pedir la reapertura del caso por lesiones psicológicas contra su ex, que se encuentra sobreseído en el Supremo desde 2018.
«Confío en que aparezca un juez y quiera escucharme», explicó en su momento. Sin embargo, en la actualidad su deseo no se ha cumplido, como tampoco esté otro: «Estoy preparada para hablar con mi hijo y es lo que más desearía del mundo». La relación entre Rocío y sus hijos no ha mejorado y no ha habido ningún acercamiento con ellos. De hecho, Ro Flores ya dejó claro en su momento que «la puerta» está «cerrada» a una posible reconciliación entre ambas, y es evidente que no ha cambiado de opinión.
Es más, escuchar la versión de su madre en las docuseries le provocó más dolor, según ella aseguró, y la empujó a refugiarse en los que para ella son su verdadera «familia»: los Ortega Mohedano.
Estos, por su parte, también salieron mal parados por todo lo que Rocío contó en sus programas, en los que detalla cómo todos -desde Amador Mohedano (69) y Gloria (73) hasta el marido de esta, José Antonio, se habían aprovechado de Rocío Jurado hasta el día de su muerte, lo que dio lugar a un enfrentamiento sin precedentes entre ambos bandos.
Si me quieren demandar por contestarles desde mí sentir, desde mis experiencias vividas y desde lo que sé, que lo hagan. Pero yo me esperaría porque todavía no está todo contado, aseguró Carrasco ante las amenazas de sus tíos de llevarla a los tribunales.
Ella, por su parte, también anuncio demandas a Rosa Benito (66) por acusarla «de falsificación de documento privado, porque eso está tipificado en el Código Penal». Sin embargo, tía y sobrina no se han visto todavía las caras en los tribunales y no se sabe si llegaran a hacerlo.
Como tampoco se ha producido el esperado cara a cara que José Ortega Cano dijo que le gustaría tener con Rocío «para ver si es capaz de decir» delante de él «todo lo que ha dicho», en referencia a la supuesta ‘mala vida’ que, según ella, el diestro dio a la tonadillera. Una versión que tampoco gusto a Gloria Camila (26), férrea defensora de su padre y que no alberga ninguna esperanza de reconciliación con su hermana.
Así pues, y pese a las pullas que todavía se siguen lanzando mutuamente, todos los implicados en esta complicada historia han seguido adelante con sus vidas. Rocío Carrasco refugiada, como siempre, en su marido y gran apoyo, Fidel Albiac (49), y el resto juntos y haciendo piña contra la que dejó de ser su madre, hermana o sobrina para convertirse en su enemiga.
Periodista y comentarista en esto del ‘salseo’ y el mundo del corazón.
Paseando disfrazada de gata curiosa entres famosos y famosetes.
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