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Carolina de Mónaco se niega a divorciarse

Carolina de Mónaco se niega a divorciarse

Aunque desde hace ya 11 años Ernesto de Hannovery y ella hacen vidas separadas, la princesa no quiere firmar ningún papel para no perder su estatus ni poner en peligro la herencia de su hija Alexandra.

Carolina de Ménaco (64) es una de las mujeres que más interés y admiración despiertan en el mundo entero, entre otras cosas, por ese aire enigmático que desprende. Sin embargo, hay un misterio en su vida que nadie termina de entender y es por qué no se ha divorciado aún de Ernesto de Hannover (67). Ambos decidieron separar sus caminos hace ya 11 años, después de que los rumores de infidelidad del príncipe quedaran confirmados con la publicación de unas fotos de él en compañía de otra mujer y que dieron la vuelta al mundo. Desde entonces, la polémica forma de actuar del alemán le ha llevado a protagonizar sonados escándalos que, de alguna manera, han salpicado también a la hermana de Alberto de Mónaco (63). Pero, ¿qué la lleva entonces a seguir unida legalmente al que fuera su marido? Aunque a los más románticos quizá les guste pensar que la princesa aún siente algo por él, parece ser que detrás de su empeño en no firmar el divorcio no se esconde el amor, sino el interés económico y social.

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INTERESES OCULTOS

La dinastía Hannover es una de las más importantes del mundo y llego incluso a gobernar Inglaterra durante varios siglos. Gracias a eso, cuando Ernesto y Carolina se casaron, ella subió de golpe muchos puestos en el escalafón nobiliario, pasando de ser alteza serenísima a alteza real, un título muy superior al que ostentaba como miembro de la familia Grimaldi y que la colocó en una posición superior incluso a la de su hermano. Pero si Carolina no quiere renunciar a su posición social, mucho menos desea poner en peligro la multimillonaria herencia que está en juego y de la que, en buena parte, depende el futuro de su hija Alexandra (21). Por el momento, la joven parece destinada a ser la única que reciba las posesiones de su padre, puesto que este mantiene un agrio enfrentamiento con sus hijos mayores, que serian los herederos legítimos. Sin embargo, si Carolina firmase el divorcio, Ernesto tendría vía libre para casarse con su actual pareja, Maria Madalena Bensaude (51), y ambos podrían convertirse en padres. Y, llegado este caso, el príncipe alemán podría cambiar su testamento y dejarle todo a esa nueva criatura. Sin embargo, gracias al «sacrificio» de Carolina, de momento está atado de pies y manos.


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