Casi un año y medio después de su separación de Alejandro Sanz (51), Raquel Perera (45) ha roto su silencio.
Y lo ha hecho para explicar que su historia de amor “No merecía un final con jueces”, aunque no niega que ese adiós haya sido un proceso difícil.
“He llorado y he gritado para sacar toda esa celera que me poseía… He querido odiarle, aunque lo cierto es que no lo lograba”, confiesa.
Perera, que tiene dos hijos con el artista, Dylan (9) y Alma (6), admite que la “traición”, como se refiere a la infidelidad, le hizo pasarlo mal.
“Me desperté del sueño como en la canción de Rocío Jurado… Un día sentí un crujido frío y seco. Me quedé fuera de su campo visual”, reconoce.
También le reprocha frialdad en los peores momentos- “eché de menos un poco de cariño”-, aunque le alaba en su papel de padre que “adora a sus hijos”.
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