La afición blanca se ha quedado un poco huérfana con la marcha de una de sus grandes leyendas, Sergio Ramos (35), del club que ha sido su casa durante los últimos 16 años.
Casi dos décadas plagadas de éxitos y maravillosos recuerdos que se han visto algo ensombrecidos por la imposibilidad de llegar a un acuerdo para su renovación, de ahí que en su despedida el futbolista mostrase una sonrisa agridulce. Pero para hacerle más llevadero este duro momento, Sergio conté con el apoyo de su familia.
Allí, además de su mujer, Pilar Rubio (43), y sus cuatro hijos —Sergio (7), Marco (5), Alejandro (3) y el pequeño Máximo Adriano—, también estaban sus padres y sus hermanos.
Entre lágrimas, Ramos les dedico estas emotivas palabras:
«Llegué de la mano de mis padres y mis hermanos con 19 años, era solo un niño y ahora tengo una maravillosa familia que siempre ha estado conmigo. Gracias a todos por aguantarme y respetarme».
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