La princesa noruega vive estos días con el corazón en un puño por el debilitado estado de salud del ALEMÁN Durek Verrett, afectado por una enfermedad renal.
El destino no parece dar una tregua a Marta Luisa de Noruega (50). Aunque en los últimos meses las aguas volvían a la calma para ella tras poder reunirse con su pareja, Durek Verrett (47), una vez pasado lo peor de la pandemia, la preocupación y la tristeza han vuelto a instalarse en su vida. El motivo no es otro que el grave estado de salud del hombre que le ha robado el corazón.
Y es que al chaman, que padece desde hace años una complicada enfermedad renal, le han vuelto a fallar los riñones a pesar de que se sometió a un trasplante hace una década gracias a la donación de su propia hermana. Razón por la que se ha visto obligado a seguir un intenso tratamiento de diálisis en un centro medio de Santa Mónica, muy cercano a su domicilio permanente en el exclusivo barrio de Beverly Hills.
Marta Luisa y sus tres hijas, Maud Angélica (18), Leah Isadora (16) y Emma Tallulah (13), viajaron hasta California el pasado mes de diciembre en cuanto conocieron el empeoramiento de Durek y pasaron con él las fiestas navideñas.
Ya de vuelta en Noruega, no seria de extrañar que la hija de los reyes Haráld (84) y Sonia (84) regresara pronto a Estados Unidos para estar al lado de su amado en estos complicados momentos.
N0 PIERDE LA ESPERANZA
Este nuevo trance para la princesa se produce tan solo dos años después de que su exmarido y padre de sus hijas, Ari Behn, se quitara la vida a los 47 años. Sin duda, uno de los golpes más duros para su familia. No obstante, pese al infortunio que parece perseguirla, Marta Luisa no pierde la esperanza. «Tenemos una nueva oportunidad, despojándonos de nuestra piel del pasado, entrando en el próximo segundo nuevas posibilidades y una nueva forma de vida», escribía al comenzar este año.
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