El último drama de Hollywood que nadie vio venir!
Nicole Kidman, la eterna diosa del cine australiano, está en boca de todos, pero no precisamente por su última película o su impecable estilo en la alfombra roja. No, esta vez el tema de conversación son sus… ¡orejas! Sí, has leído bien. Las redes sociales se han vuelto locas con el aspecto de los lóbulos de la actriz, y los expertos en cirugía estética no han tardado en dar su veredicto. ¿El culpable? Los famosos estiramientos faciales, ese secreto a voces de las celebridades que quieren mantenerse jóvenes para siempre.
¿Qué son las “orejas de duende”?
Según el cirujano plástico Mark Solomos, las orejas de Nicole Kidman son un claro ejemplo de lo que en el mundillo de la cirugía estética se conoce como “orejas de duende” o “orejas de murciélago”. ¿Suena a criatura mítica, verdad? Pues no, es algo muy real y, al parecer, muy común entre quienes se han sometido a estiramientos faciales.
“El efecto se produce cuando el lóbulo de la oreja se tira hacia abajo, a menudo revelando que se ha realizado un estiramiento facial”, explica Solomos. Vamos, que si ves a alguien con las orejas un poco más alargadas de lo normal, es muy probable que haya pasado por el quirófano.
El estiramiento facial: ¿bendición o maldición?
Los estiramientos faciales, o lifting, son como el Santo Grial de la cirugía estética. Prometen devolverte esa juventud perdida y borrar las arrugas como por arte de magia. Pero, como todo en esta vida, tiene su precio. “Antes se consideraba que los estiramientos faciales eran una técnica invasiva y que se practicaba principalmente en mujeres de 50 años o más, pero ahora se habla más abiertamente de ellos y se los acepta”, comenta Solomos.
De hecho, el cirujano asegura que cada vez más personas de 40 años se animan a probar este procedimiento. ¿El resultado? Un aumento en las “orejas de duende”, porque, claro, no todo sale perfecto.
¿Por qué pasa esto?
Aquí es donde entra la explicación técnica, pero no te preocupes, te lo resumo en plan coloquial. Según Solomos, “en un estiramiento facial ideal, las estructuras más profundas de la cara se tensan, lo que permite que la piel se asiente de forma natural sin tensión excesiva”. O sea, que si el cirujano hace bien su trabajo, todo debería quedar de maravilla.
Pero (y este es un gran PERO), si el procedimiento se hace mal o con demasiada tensión, el lóbulo de la oreja puede desplazarse, creando ese efecto de “oreja de duende”. “Para evitar esto, los cirujanos pueden anclar la oreja en su posición correcta y garantizar que el procedimiento se centre en tensar las capas internas de la cara en lugar de estirar demasiado la piel”, explica Solomos.
La opinión de otra experta: Laura Geige
La dermatóloga Laura Geige también ha querido sumarse al debate y ha dado su propia versión de los hechos. Según ella, “la deformidad de las orejas de duende es un efecto secundario bien conocido pero a menudo pasado por alto de los estiramientos faciales”. Vamos, que no es nada nuevo, pero como nadie hablaba de ello, pues parecía que no existía.
Geige explica que este problema ocurre cuando “se coloca una tensión excesiva en la piel durante la cirugía”. En lugar de trabajar las capas más profundas del rostro, algunas técnicas tiran principalmente de la piel, lo que puede provocar que el lóbulo de la oreja se estire y pierda su forma natural.
“Esta complicación es más común en pacientes con piel más fina o poca elasticidad, ya que su tejido carece de la resistencia necesaria para soportar tirones excesivos”, añade la experta. O sea, que si tienes la piel finita, mejor piénsatelo dos veces antes de someterte a un lifting.
¿Y si te haces varios estiramientos faciales?
Aquí viene lo bueno. Según Geige, “no es raro que quienes se han sometido a múltiples estiramientos faciales desarrollen este problema”. Vamos, que cuantos más liftings te hagas, más probabilidades tienes de acabar con unas orejas dignas de un duende. “Las cirugías repetidas pueden distorsionar gradualmente el contorno natural del lóbulo de la oreja”, advierte la dermatóloga.
¿Qué podemos aprender de todo esto?
Pues que, aunque los estiramientos faciales pueden ser una maravilla para rejuvenecer el rostro, no están exentos de riesgos. Nicole Kidman es solo un ejemplo más de cómo la obsesión por la eterna juventud puede tener consecuencias inesperadas.
“A medida que crece la conciencia pública sobre la cirugía estética, también crece la capacidad de reconocer los signos de los estiramientos faciales, particularmente entre las celebridades”, dice Solomos. O sea, que si eres famoso y te has hecho un lifting, prepárate para que todo el mundo se dé cuenta.
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