Con la valentía que la caracteriza, ha relatado uno de los episodios más duros que ha vivido en su vida profesional. «Denuncié a mis superiores y, como no cesaba, decidí irme», recuerda.
Como el de muchos rostros de la televisión, la trayectoria de Mariló Montero (56) no ha estado exenta de momentos laborales difíciles. En su caso, el más grave es el episodio que vivió en su última etapa en La mañana, en La 1 de TVE, y que acaba de denunciar públicamente: «Sufrí mobbing, maltrato en el trabajo […]. Me gritaban, y eso es intolerable porque te mina la moral». Aunque fue «duro», encontré la estrategia para que no le hiciera mella. «Lo que aprendí es que no me interesaba seguir en ese ambiente e hice las denuncias pertinentes a superiores, dirección… y, como no cesaba, decidí irme». Sin querer entrar en detalles, también admite que sufrió «estrés» por «los linchamientos» que asegura haber sufrido. «Durante mucho tiempo, me hicieron sentir la tonta de España», afirma, explicando por primera vez los motivos de su marcha de TVE.
«ME ESTOY DIVIRTIENDO»
Ahora, cuatro años después, admite que no le quedan «ni las cicatrices» y que no se ha desencantado de la profesión. «Ahora, me estoy divirtiendo. Mis proyectos son mis ilusiones y estoy disfrutando enormemente», dice. También sin rencor habla de su ex, Carlos Herrera (64), con el que sigue compartiendo tiempo y Valores: «Es familia. Has compartido un proyecto vital… Para mí, Herrera ha sido, es y será».
Mariló Montero, muy orgullosa de sus hijos
Además del equilibrio espiritual y el trabajo, los grandes pilares en su vida siguen siendo sus dos hijos. Rocío (27), que es modelo y estudia en Nueva York, y Alberto (29), que este verano sustituyó a su padre en su programa de radio. De él asegura que es «muy valiente» por aceptar ese reto y le define como alguien «con un imán y un encanto maravilloso».
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