Los reyes jordanos declaran que su fortuna en un banco suizo es «independiente de los fondos públicos» de su país para acallar las críticas del pueblo, que atraviesa duras dificultades económicas.
Rania y su marido tendrán que dar explicaciones de su riqueza
No corren buenos tiempos para Rania (51) y Abdalá (60) de Jordania, cuya popularidad entre los ciudadanos de su país no se encuentra en su mejor momento. Hace seis meses, la noticia publicada por el Consorcio de Periodistas de Investigación en la que se señalaba que el rey jordano posee 14 viviendas de lujo en Estados Unidos y Reino Unido, por un valor de más de 90 millones de euros y adquiridas a través de empresas pantalla registradas en paraísos fiscales, causo un gran revuelo que parecía haberse olvidado con el paso del tiempo.
Pero, ahora, la información filtrada por el diario británico ‘The Guardían’ sobre siete abultadas cuentas en un banco suizo, seis a nombre de Abdalá y la otra al de Rania, de las cuales una suma más de 214 millones de euros, ha vuelto a poner en el punto de mira al matrimonio real. Tanto es así que, en esta ocasión, los monarcas se han visto obligados a emitir un comunicado oficial acerca de su riqueza, en el que desmienten algunos datos publicados y aclaran otros con el objetivo de aplacar las críticas del pueblo, que atraviesa duras dificultades económicas.
HERÈNCIA DE HUSEÍN I
Entre otras cosas, el marido de Rania explica que el origen de gran parte de esta fortuna proviene de la herencia que le dejó su padre, el rey Huseín I, y que en todo caso es privada y se somete a auditorias profesionales.
«Cualquier acusación que vincule los fondos de estas cuentas con fondos públicos son intentos difamatorios e infundados de distorsionar los hechos y apuntar a la reputación de Jordania y la credibilidad de su majestad», concluye el comunicado.
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