El 17 de septiembre de 2024, la realeza de los Países Bajos estuvo presente en uno de los eventos más destacados del calendario político y ceremonial del país: el Día del Príncipe o Prinsjesdag. Este acto, celebrado cada tercer martes de septiembre, marca formalmente la apertura del Parlamento Holandés y es un día cargado de tradición y solemnidad, que tiene lugar en la ciudad de La Haya. En esta ocasión, el evento se llevó a cabo en el Teatro Real debido a la reciente restauración del Ridderzaal, el tradicional salón donde suele celebrarse este importante acto.
Una asistencia destacada de la Familia Real
La familia real holandesa, como es costumbre, tuvo un rol protagonista durante la celebración. Encabezada por el rey Guillermo Alejandro, quien ha leído el discurso desde el trono en múltiples ocasiones, estuvo acompañada por la reina Máxima, una de las figuras más queridas y admiradas tanto en los Países Bajos como en el extranjero. Junto a ellos, estuvieron presentes sus hijas, la princesa heredera Amalia y la princesa Alexia, quienes, como futuras representantes de la corona, también cumplieron un importante papel en este día tan significativo. Además, el príncipe Constantino y su esposa, la princesa Laurentien, se unieron a la familia en la ceremonia, reforzando la importancia de la unidad familiar en los eventos estatales.
La tradición del Día del Príncipe
El Día del Príncipe, conocido como Prinsjesdag, es uno de los eventos más simbólicos de los Países Bajos, y su historia se remonta a siglos atrás. Aunque ha sufrido modificaciones a lo largo del tiempo, el propósito principal de esta jornada se ha mantenido: señalar el inicio del año parlamentario y permitir al monarca leer el Discurso desde el Trono. En este discurso, el gobierno expone sus planes y propuestas para el año venidero, marcando así el comienzo de la actividad legislativa del Parlamento.
En el caso del rey Guillermo Alejandro, esta es una de sus responsabilidades más importantes como jefe de Estado. Desde su ascenso al trono en 2013, el monarca ha leído el discurso año tras año, destacando su compromiso con el sistema parlamentario del país y con la transparencia en la gobernanza. Aunque el discurso es escrito por el gobierno, el hecho de que sea el rey quien lo pronuncie desde el trono subraya el papel simbólico que la monarquía tiene en la política neerlandesa.
Un cambio de escenario: El Teatro Real de La Haya
El Teatro Real de La Haya se ha convertido en el escenario temporal del Día del Príncipe en los últimos años, debido a las obras de restauración en el Ridderzaal, el histórico salón de los Caballeros en el Binnenhof. Este edificio medieval es tradicionalmente el lugar donde se celebra el Prinsjesdag, y su restauración refleja el compromiso del gobierno y la sociedad neerlandesa con la preservación de su patrimonio histórico.
El Teatro Real, por su parte, ha demostrado ser un sustituto adecuado, con su majestuosa arquitectura y su ambiente solemne. La transición de un edificio a otro ha sido bien recibida por el público, y la ceremonia ha mantenido su formalidad y pompa a pesar del cambio de ubicación. Este año, el rey Guillermo Alejandro nuevamente subió al estrado en el teatro para pronunciar el discurso desde el trono, un momento que es retransmitido en directo y seguido por millones de ciudadanos en todo el país.
La reina Máxima y su influencia en la monarquía moderna
La figura de la reina Máxima es sin duda una de las más admiradas dentro de la realeza europea. Nacida en Argentina, Máxima Zorreguieta se ha ganado el cariño y respeto de los neerlandeses por su cercanía, su elegancia y su compromiso con diversas causas sociales. Su papel durante el Día del Príncipe es principalmente ceremonial, acompañando al rey en su rol institucional, pero su presencia siempre es un foco de atención para el público.
Desde su matrimonio con el entonces príncipe Guillermo Alejandro en 2002, la reina ha desempeñado un papel fundamental en modernizar la imagen de la monarquía holandesa. Durante el Prinsjesdag, la reina Máxima suele destacar también por su impecable sentido de la moda, que es cuidadosamente analizado por la prensa especializada. No obstante, más allá de su estilo, es su trabajo en pro de la inclusión financiera y su apoyo a proyectos de desarrollo social lo que la ha convertido en una figura clave dentro y fuera de los Países Bajos.
La princesa heredera Amalia y su creciente protagonismo
Una de las figuras que ha ganado mayor visibilidad en los últimos años es la princesa Amalia, heredera al trono y la mayor de las tres hijas de los reyes. A sus 20 años, Amalia está comenzando a asumir responsabilidades más visibles dentro de la familia real, y su participación en eventos como el Día del Príncipe subraya su futuro rol como reina de los Países Bajos. Amalia ha comenzado recientemente sus estudios universitarios, pero continúa involucrada en los deberes reales, preparándose para su eventual ascenso al trono.
La princesa Alexia, su hermana menor, también estuvo presente en la ceremonia. Aunque aún es muy joven, Alexia ya ha captado la atención del público debido a su carisma y su personalidad enérgica. Junto a su hermana, representan el futuro de la monarquía neerlandesa, una institución que sigue siendo altamente valorada por la sociedad.
Una ceremonia cargada de simbolismo
El Prinsjesdag no es solo una ceremonia política; también está profundamente arraigada en la cultura y el corazón de los neerlandeses. Durante este día, las calles de La Haya se llenan de ciudadanos que esperan ver a los miembros de la familia real, vestidos con sus mejores galas, desplazándose en las tradicionales carrozas doradas. Este aspecto del evento es una manifestación del vínculo entre la monarquía y el pueblo neerlandés, un lazo que ha perdurado a lo largo de los siglos.
Además de la familia real, otros dignatarios y representantes de la sociedad neerlandesa asisten al evento. Tras la lectura del discurso, se procede a una serie de ceremonias que culminan en el regreso de la familia real al Palacio Noordeinde, donde son recibidos por multitudes que les brindan su apoyo y afecto. Este día no solo marca el inicio del año parlamentario, sino también una celebración de la unidad y la continuidad de la nación.
La tradición continúa
El Día del Príncipe es una celebración que, aunque ha evolucionado con el tiempo, sigue siendo un reflejo del equilibrio entre tradición y modernidad en los Países Bajos. Para la familia real, es un momento de reafirmar su compromiso con el pueblo y con las instituciones democráticas que gobiernan el país. Para el público, es una oportunidad de ver a sus monarcas en acción y participar en una de las tradiciones más queridas de la nación.
A medida que la princesa Amalia continúa su camino hacia el trono y las nuevas generaciones de la realeza comienzan a asumir roles más activos, el Prinsjesdag seguirá siendo un pilar fundamental de la identidad neerlandesa.
Talbot Runhof
de Safiyaa
Melissa Reginald es una experta en Casas Reales, y a la que muchos consideran como la Jaime Peñafiel en la sombra. Poco amiga de los medios audiovisuales porque siempre ha sido muy celosa de su intimidad. Sabe mucho. Habla lo justo.
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