A sus 96 años, la reina Isabel II se encuentra muy recuperada de sus problemas de salud que la obligaron a ausentarse de las celebraciones por sus siete décadas en el trono tras haber sentido «un cierto malestar» en el primer día de festejo. Para demostrar su celebrada mejoría, ha reaparecido en el palacio de Windsor con muy buen aspecto y prescindiendo del bastón que la ha acompañado en los últimos meses. El motivo lo merecía, ya que se trataba de la entrega de la Medalla de Jorge, con la que se premian «los actos de mayor heroísmo o de mayor coraje en circunstancia de peligro extremo».
En esta ocasión, la soberana, que ha estado acompañada por el príncipe Carlos (73), ha entregado esta distinción a todo el personal de los servicios nacionales de salud. Tan animada estuvo que se atrevió incluso a bromear con los premiados.
El hospicio brinda atención paliativa y al final de la vida a personas mayores de 16 años en East Berkshire y Buckinghamshire. Tiene más de 30 años de funcionamiento y brinda atención de enfermería, médica y terapéutica para brindar apoyo físico, social y emocional a los pacientes y sus seres queridos.
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