El funeral de la Princesa Yuriko de Japón, una figura venerada de la familia imperial japonesa, se llevó a cabo en el tranquilo Cementerio Toshimagaoka, ubicado en Tokio. El evento reunió a 480 asistentes, incluyendo destacados miembros de la familia imperial, lo que reflejó el profundo respeto y admiración que la nación siente por la fallecida princesa.
Una Ceremonia de Familia y Tradición
Encabezando la ceremonia estuvo la Princesa Akiko, su nieta, quien asumió el rol de principal doliente, uniendo los lazos familiares con las costumbres tradicionales. Entre las figuras destacadas presentes se encontraban el Príncipe Heredero Akishino, la Princesa Kiko, la Princesa Aiko y la Princesa Kako, todos ellos rindiendo un emotivo homenaje. El fallecimiento de la Princesa Yuriko el pasado 15 de noviembre, a la admirable edad de 101 años, marcó el final de una era significativa en la historia de la familia imperial japonesa.
Un Tributo Privado del Emperador y la Emperatriz
Aunque el Emperador Naruhito, la Emperatriz Masako, el Emperador Emérito Akihito y la Emperatriz Emérita Michiko no asistieron a la ceremonia pública, siguiendo las tradiciones de la familia imperial, realizaron una visita privada a la residencia de la princesa el 24 de noviembre. Este gesto íntimo, llevado a cabo poco antes del velorio, les permitió rendir homenaje y ofrecer sus respetos de manera personal.
Una Vida para Recordar
La vida de más de un siglo de la Princesa Yuriko fue testigo de profundos cambios en Japón. Su legado dentro de la familia imperial dejó una huella imborrable. Su partida no solo entristeció a su familia, sino también a muchos que la admiraron como un símbolo de dignidad y gracia.
Melissa Reginald es una experta en Casas Reales, y a la que muchos consideran como la Jaime Peñafiel en la sombra. Poco amiga de los medios audiovisuales porque siempre ha sido muy celosa de su intimidad. Sabe mucho. Habla lo justo.
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