La despedida de una icono de los 90
El mundo de la moda se viste de luto por el fallecimiento de Georgina Cooper, la supermodelo británica que conquistó las pasarelas en la década de 1990 y fue conocida como la “chica original de los dientes separados” de Londres. A sus 46 años, Cooper murió mientras disfrutaba de unas vacaciones en Grecia junto a su marido, Nigel, con quien se había casado hace apenas unos meses. Según informa el Daily Mail, Cooper enfermó mientras estaba en la isla de Kos, y, dada la gravedad de su estado, fue trasladada en un avión ambulancia a Creta, donde permaneció en cuidados intensivos durante cinco días antes de fallecer.
Un traslado urgente para salvar su vida
Tras enfermar repentinamente, Cooper fue atendida en el hospital principal de Kos, pero el personal médico decidió que, debido a la gravedad de su condición, debía ser llevada a un centro mejor equipado en Creta. Su estado crítico motivó el rápido traslado en un avión ambulancia, y aunque recibió tratamiento intensivo, Georgina Cooper no logró superar esta dura prueba de salud. Su cuerpo ha sido repatriado a Inglaterra, donde familiares, amigos y seguidores lamentan su pérdida.
Los problemas de salud de Cooper en los últimos años
El fallecimiento de Cooper ha sido devastador para quienes la conocieron de cerca, incluidos antiguos colegas y amigos del mundo de la moda. Dean Goodman, su ex agente, habló sobre los problemas de salud que Georgina había enfrentado en los últimos años. “Ella amaba Grecia y me comentó que volvería con su nuevo marido, pero trágicamente falleció allí hace quince días”, expresó Goodman en un emotivo tributo. Durante la pandemia, Cooper había lidiado con problemas de salud que la llevaron a pasar periodos hospitalizada, pero a pesar de estos desafíos, mantenía la ilusión de comenzar una nueva etapa de su vida tras casarse.
“Georgina tenía planes para el futuro. Todo el mundo está devastado. Era una auténtica superestrella”, declaró Goodman, evidenciando el profundo impacto que su pérdida ha dejado entre quienes la conocieron y apreciaron.
Una carrera inolvidable desde sus inicios
Georgina Cooper fue descubierta a los 13 años por una agencia de modelos, y su vida cambió para siempre cuando apareció en un vídeo musical de Bon Jovi a los 15 años. Este fue el punto de partida de una brillante carrera que la convertiría en uno de los rostros icónicos de la moda en los años 90. Apodada “la chica de los dientes separados”, su peculiar belleza y autenticidad la hicieron destacar en una industria caracterizada por los estándares de perfección, convirtiéndola en un símbolo de una era más inclusiva y auténtica.
La musa de Corinne Day y el ícono de las revistas de moda
El éxito de Georgina la llevó a colaborar con algunos de los nombres más prestigiosos de la industria, incluyendo la reconocida fotógrafa Corinne Day, con quien estableció una conexión que trascendió lo profesional. Su rostro apareció en importantes revistas de moda, incluyendo Vogue estadounidense y The Face, consolidando su estatus como una supermodelo. Su presencia en las pasarelas y su influencia como musa de grandes creativos de la moda hicieron de Cooper una figura fundamental para las tendencias de los 90 y una inspiración para futuras generaciones.
La amistad con Kate Moss y una vida marcada por el cambio
Entre sus amigos cercanos se encontraba otra leyenda de las pasarelas, Kate Moss, con quien Cooper compartió momentos significativos tanto dentro como fuera de la industria. Los amigos y familiares la llamaban “George”, y su carisma y cercanía la convirtieron en alguien especial para quienes la rodeaban. A pesar de su éxito, Georgina decidió retirarse de las pasarelas para dedicarse a la crianza de su hijo Sonny, una decisión que marcó una transición en su vida hacia una existencia más tranquila y centrada en la familia.
Una nueva etapa en la industria hotelera
En años recientes, Georgina Cooper había comenzado una carrera en el sector hotelero en Kent, donde se reencontró con su pasión por el trabajo y el trato con la gente. La moda quedó en el pasado, pero Cooper seguía siendo un referente para quienes la recordaban en su época dorada. Sus sueños de estabilidad y felicidad junto a su nuevo marido se vieron truncados de forma trágica, dejando un vacío en el mundo de la moda y en la vida de quienes tuvieron la suerte de conocerla.
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