Tras estar casi un año Luchando contra el cáncer y ya «físicamente fenómeno,», la presentadora se ha puesto de nuevo al frente de su programa, dando una lección de optimismo. «Nunca he pensado que no fuera a salir adelante», ha confesado.
Once meses o, más concretamente, 342 días. Ese es el tiempo que Ana Rosa Quintana (66) ha estado alejada de la Televisión, pero la espera ha llegado a su fin y la presentadora ya ha vuelto a ponerse al frente de su programa. «Les dije que nos veríamos pronto. A mí, la verdad, es que se me ha hecho un poquito largo, pero ya estoy aquí», decía radiante y dejando entrever lo mucho que había soñado con el momento de pisar de nuevo su plató «con el pie derecho». Algo que hizo acompañada por su marido, Juan Muñoz, dos de sus hijos y todo su equipo, que la recibió con aplausos, abrazos y lágrimas de alegría.
Eso si, Ana Rosa reconoció que detrás de su sonrisa se escondía también «una mezcla de nostalgia, miedo, nervios, emoción…», pero que, entre todas esas emociones, la más importante era la «gratitud» porque, según dijo, «la respuesta ha sido tan brutal» que en su cabeza solo hay un pensamiento: «; Qué afortunada soy!».
Y, si algo quiso dejar claro en su regreso a ‘El programa de Ana Rosa’, es que la oleada de cariño que ha recibido durante casi el año que ha estado luchando contra el cáncer de mama que le diagnosticaron ha sido su mejor medicina: «Tengo una deuda eterna. Hasta el papa me ha hecho llegar un rosario bendecido. No se imaginan el altar que tengo en casa con estampitas, medallas, libros, música y la cantidad de cariño que he recibido».
De hecho, algunos de esos amuletos la acompañaron en ese día tan especial y de su cuello colgaban varias medallas; entre ellas, la de la Virgen de la Milagrosa. La periodista es una profunda devota y quizá por eso no dudó en afirmar: «Los milagros existen y el milagro es que yo hoy esté aquí». Además, puesto que para ella su regreso a la tele ha sido corno una primera vez, quiso ser fiel al color que siempre la acompaña en sus arranques de temporada: el blanco. Ana Rosa lució una camisa en este tono y unos vaqueros, y bromeó sobre uno de los aspectos que más llamó la atención de los más de 700.000 espectadores que la vieron en su regreso: su ‘look’.
«Ya me tenía que haber acostumbrado, pero me sigo viendo rara. Tengo alma de morena, pero en un arranque dije: ‘Ya que está la cosa así, me voy a poner rubia platino’», explicó.
FELIZ PERO CAUTELOSA
Esta es, sin duda, una muestra más del optimismo con el que la presentadora ha afrontado su enfermedad, lo que la ha ayudado a sobrellevarla mejor: «Es duro, pero hay que plantarle cara. Yo nunca he pensado cosas feas ni he tenido el pensamiento de que no iba a salir adelante». Aun así, también quiso dejar claro que el proceso no ha sido un camino de rosas y que no quiere echar las campanas al vuelo, por lo que también se mostró prudente: «Las revisiones están yendo bien, físicamente estoy fenomenal, pero no estoy dada de alta.
He acabado un tratamiento, me encuentro estupendamente, pero podré decir que estoy dada de alta dentro de cinco o seis años y hay que estar alerta». Poco dada a hablar de su vida privada, en esta ocasión Ana Ros no quiso guardarse nada por si su experiencia puede ayudar a alguien que esté pasando por lo mismo y no le importó dar detalle de todo lo que ha vivido en estos once meses: “Este cáncer ha sido más grave que el otro. Ahora he necesitado 16 sesiones de quimioterapia, 15 de radioterapia, dos intervenciones…». Una de ellas, una mastectomía en la que le han hecho «alta costura», bromeo.
Además, también contó que ha hecho mucho deporte, que ha cuidado mucho, la alimentación y todo con un objetivo: «No perder ninguna sesión para terminar cuanto antes». Y es que la madrileña tenía muchas ganas de «recuperar la rutina» y por eso describía así lo que ha significado para ella ponerse de nuevo delante de las cámaras: «He vuelto a la vida».
Eso si, se tiene que seguir cuidando, y de ahí que no vaya a trabajar los viernes. «Paolo Vasíle quería que estuviera menos días, pero le he dicho que tampoco se pase», explicó entre risas en la rueda de prensa posterior al programa, en la que, muy elegante de negro, se fundió en un abrazo con el consejero delegado de Medíaset, que no pudo contener las lágrimas. También recibió la visita de Jorge Javier Vásquez (52), quien le pidió «No te vayas nunca más». A lo que Ana Rosa respondió: «Dios te oiga, no me quiero ir. A partir de ahora quiero vivir».
Redactora freelance de la revista gatitarosa.com
Enamorada de todo lo relacionado con el cotilleo y el famoseo. Me gusta contar y opinar … a veces.
Vale, me entretiene y poco mas.
Deja una respuesta