Empecemos por la revelación que ha dejado a todos con la boca abierta: la audiencia, ese ente supremo que lo decide todo, ha seleccionado a Ruvens, Óscar, Lucía, Javier, Violeta y Jorge como los primeros concursantes definitivos de Gran Hermano. Sí, ellos, los elegidos por 8 millones de personas que seguramente no tenían nada mejor que hacer que decidir el destino de unos desconocidos encerrados en una casa llena de cámaras.
Vamos a analizar uno por uno y sacar todo el jugo de lo que está pasando en Guadalix.
Ruvens, el director de cine de Albacete que causa más drama que sus películas
Ruvens, el primer elegido por la audiencia, se lo ha pasado bomba saltando de la emoción al enterarse de que el público lo había elegido. Claro, no todos los días te votan 8 millones de personas, y menos desde Times Square, en plena Nueva York. ¡Toma protagonismo!
Este chico de 29 años, director de cine (aunque nadie ha visto ninguna de sus películas), ha generado más salseo en la casa que en una telenovela. Primero, es el mejor amigo de Maite, la reina del drama de la habitación azul. Y segundo, ha tenido sus rifirrafes con Óscar, que para más lío, parece sentir algo más que cariño por él. Y claro, eso en Guadalix se paga caro: las discusiones no han tardado en llegar.
Por cierto, ¿alguien dijo tensión sexual no resuelta? Porque entre estos dos, se puede cortar el aire con cuchillo.
Óscar: el vasco más frío que el invierno en Siberia
Óscar, de San Sebastián, es el segundo concursante confirmado y, aunque la audiencia lo eligió, no esperéis una reacción desbordante de emociones. De hecho, cuando le dieron la noticia, el tío se levantó para irse… ¡a casa! Literalmente. “Es que soy vasco”, fue su explicación cuando le dijeron que debía demostrar algo de emoción. Nada, ni caso. Este hombre no mueve una ceja ni cuando le ponen de concursante oficial.
Con sus 38 años y cuatro idiomas a cuestas, Óscar ha logrado sobrevivir en la casa, aunque sus relaciones con Maite y Vanessa son como una montaña rusa llena de bajones. Mientras tanto, sigue cultivando una amistad con Maica y Daniela, a las que no ha parado de acercarse desde el día uno. Aquí huele a nueva alianza.
Lucía, la melliza con más secretos que un espía ruso
Lo de Lucía es digno de una película de espías. La chica entró al concurso con su hermana Silvia fingiendo que no se conocían de nada. ¡Menudo teatro! Pero claro, ya sabemos cómo es Gran Hermano: tarde o temprano, todo sale a la luz.
Después de pasar por mil y una situaciones tensas, como su falsa expulsión, Lucía ha llegado a ser una de las favoritas del público. Y cómo no, ya empieza a ser la comidilla de la casa. Con su inseparable Violeta y su hermana, está formando el trío perfecto del caos. Lo mejor está por venir, y no podemos esperar para ver cómo sigue este culebrón.
Javier, el gallego dramático que se tira al suelo como si hubiera marcado en la Champions
Javier, el gallego de 41 años con un acento argentino que nadie entiende, es el cuarto concursante confirmado. Lo de este hombre es de telenovela barata: se tira al suelo de la emoción y luego, como quien no quiere la cosa, nos suelta que está preocupado por separarse de su mujer, Vanessa. ¡Pero si entraste sabiendo que esto podía pasar!
Este cantante de Ferrol entró en la casa con su mujer, y ahora que ambos están en juego, el drama está asegurado. Vanessa llorando, él tirándose por el suelo… el caso es que la audiencia los sigue eligiendo. ¿Será porque les gusta verlos sufrir? En fin, de aquí a Hollywood hay un paso, pero lo de Javier es más de telenovela de sobremesa.
Violeta, la Miss Toledo que reparte amor y broncas por igual
Violeta, la Miss Toledo de 22 años, entró en Gran Hermano con la misión de repartir caña, y vaya si lo ha hecho. Graduada en Administración y Finanzas (y por lo visto en desatar líos), empezó con un triángulo amoroso junto a Luis y Nerea. Pero claro, esto es Gran Hermano, así que las cosas se han complicado aún más cuando entró en juego Edi, su nueva pareja oficial… o no tan oficial, porque el salseo sigue a la orden del día.
¿Lo mejor de todo? Fingió llamarse Ainara al principio del concurso para añadir más misterio a su personaje. Pero que no os engañe: esta chica tiene un máster en crear drama de la nada. Que nadie se extrañe si acaba siendo la reina indiscutible de esta edición.
Jorge, el militar llorón que nos ha conquistado con sus lágrimas
Y cerramos con Jorge, el gallego que rompió a llorar cuando le confirmaron que era concursante oficial. Y cuando decimos llorar, nos referimos a Llorar con mayúscula, porque se echó a los brazos de sus compañeros como si acabara de ganar un Oscar. Este chico de 32 años ha dejado el Ejército por cumplir su sueño de estar en Gran Hermano, y parece que lo está viviendo con tanta intensidad que no puede contener las emociones.
Eso sí, no esperéis que esto sea una historia de amor. Aunque entró en el concurso confesando que le gustaba Violeta, ella ya está más que entretenida con Edi. Pero no pasa nada, porque Jorge tiene un imán para los dramas y ya ha empezado a conectar con Maica. ¿Nuevo romance a la vista? El tiempo lo dirá.
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