El jinete ha organizado un año más una misa en memoria de su madre, pero ninguno de los otros hijos de la duquesa ha acudido. «Cada cual tiene su conciencia», sentencia decepcionado.
Cada 20 de noviembre, todos aquellos que querían a la duquesa de Alba tienen una cita en la iglesia de los Gitanos de Sevilla, donde su hijo Cayetano Martínez de Irujo (59) se encarga de organizar una misa en su honor desde que falleciera, hace ya ocho años. Sin embargo, esta es siempre una cita agridulce para el jinete porque, aunque le sirve para recordar con cariño a doña Cayetana, las reiteradas ausencias de sus hermanos le provocan una gran tristeza.
Y este año, por desgracia, no ha sido distinto, ya que ninguno de los otros cinco hijos de la aristócrata acudió. «Fernando me llamó para decirme que estaba con gripe, y Carlos, yo si pensaba que iba a venir, pero no ha venido… Cada cual tiene su conciencia», explicó el conde de Salvatierra con una mezcla de pena y decepción. El jinete reconoció que con Jacobo (68) y Alfonso (72) no tiene ningún trato y que con Eugenia (54) la relación es buena, pero no tan cercana como antes, y confesó que le parecía muy «triste» que todos se ausentaran, más cuando recientemente se reunieron para recordar a su padre.
SUS ÚNICOS APOYOS
Aun así, el duque de Arjona no estuvo solo en un acto tan especial para él, ya que no faltaron su novia, Bárbara Mirjan (26), su exmujer, Genoveva Casanova (46), su hijo, Luis (21), y la gran amiga de la familia Carmen Tello (67). Eso si, Cayetano echo de menos a Alfonso Diez (72), viudo de la duquesa, que no pudo acudir pese a tenerlo previsto porque dio positivo en covid-19.
Periodista y comentarista en esto del ‘salseo’ y el mundo del corazón.
Paseando disfrazada de gata curiosa entres famosos y famosetes.
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