Terremoto en Dinamarca: La reina Margarita despoja de títulos a los cuatro hijos del príncipe Joaquín

Aunque se ha mostrado muy afectada por el «dolor» causado a sus nietos, la polémica decisión no ha hecho más que dejar en evidencia la profunda brecha que existe entre el heredero, Federico, y su hermano pequeño.

Parafraseando a Shakespeare, algo huele a podrido en Dinamarca. O, al menos, en su corte. La inesperada decisión de la reina Margarita (82) de despojar de los títulos de príncipes y, por lo tanto, de los privilegios que vienen asociados a este reconocimiento, real a los cuatro hijos del príncipe Joaquín (53) –Nicolás, de 23 años; Félix, de 20; Henrik, de 13; y Athena, de 10 ha provocado un auténtico tsunami.

Terremoto en la corte Danesa

Desde el anuncio, las reacciones se han sucedido en cadena. La primera en manifestarse fue la condesa Alexandra (58), primera esposa de Joaquín y madre de sus dos hijos mayores. Después, lo hizo el propio príncipe y, más tarde, su primogénito, que dijo sentirse enfadado, decepcionado y afectado» por la decisión de su abuela, asegurando también estar sorprendido por su rapidez a la hora de actuar.

Así, las cosas, todos, de una forma u otra, se han atrevido a mostrar públicamente su malestar, algo poco habitual en la familia. El hermano menor de Federico de Dinamarca (54) ha reconocido incluso estar «muy triste» por la decisión de su madre y explicaba, con gran pesar, que sentía que sus hijos estaban siendo «maltratados».

ENTONA EL ‘MEA CULPA’

Las pocas horas y, ante el dolor expresado por las partes afectadas, la soberana reaccionaba. Lo hacía a través de un nuevo comunicado, en el que, aunque se reafirmaba en la decisión tomada para que la monarquía siga evolucionando en consonancia con los tiempos actuales, lo hacía entonando el ‘mea culpa‘ por el daño causado al menor de sus vástagos y a los cuatro hijos de este.

«He tomado mi decisión como reina, madre y abuela, pero como madre y abuela he subestimado lo mucho que mi hijo menor y su familia se sienten afectados y lo Lamento. Que nadie dude de que mis hijos y mis nietos son mi gran alegría y mi orgullo», afirmaba, expresando también su deseo de que, como familia, puedan «encontrar la paz» en su propio camino «superando esta situación».

Y si bien es cierto que muchas casas reales están apostando por reducir el número de miembros oficiales como muestra de austeridad, esta polémica no ha hecho más que aumentar la profunda brecha que ya existía entre el heredero al trono y su único hermano.

«NO SON AMIGAS»

La prensa danesa insiste en que esta es la punta del iceberg de una «evidente crisis entre las familias» que ni ellos mismos esconden. De hecho, Joaquín y su esposa, la princesa Marie (46), en una entrevista al diario ‘BT’ han aprovechado para dejar claro que su relación con los herederos no es buena. «Es complicada. Eso es todo», afirmó la francesa.

Lo cierto es que, aunque el asunto acaba de estallarle en las manos a la soberana, en el país de ‘La sirenita’ llevan años hablando de la relación «distante» entre hermanos, que nunca han compartido ni amigos ni aficiones. Para algunos, uno de los motivos de este conflicto es el hecho de que Joaquín no lleve bien el papel de «segundón», según reconoció él mismo a ‘Point de Vue’. Sin embargo, en esta guerra fraternal tampoco han ayudado sus respectivas esposas. Es más, los médicos aseguran que el origen de todo es que entre ellas nunca ha habido buena sintonía:

«No son amigas, y nunca lo serán».

Las malas lenguas afirman también que Joaquín siempre estuvo enamorado de su cuñada, Mary. De hecho, en 2008 se vivió una auténtica crisis en palacio por unas imágenes del príncipe con signos de ebriedad en las que parecía querer besar a la esposa de su hermano, algo que hizo que Marie «la viera como una enemiga».

Así las cosas, cada vez son más los que ven esta situación muy parecida a la que viven los Cambridge y los Sussex. Ahora solo falta saber si, como hicieron Harry (38) y Meghan (40), los daneses preparan su particular ‘Vendetta’ pública.