Las últimas voluntades de Felipe de Edimburgo, fallecido el 9 de abril de 2021 a los 99 años, no verán la luz de manera pública hasta dentro de nueve décadas. Casi el mismo tiempo que el esposo de Isabel II (95) pasó en este mundo.
Así lo ha decidido el ‘Tribunal de Apelación de Reino Unido, ratificando la sentencia que dictaminó el Tribunal Supremo de Londres por la que se blindaba el testamento del padre de Carlos de Inglaterra (73) durante el mencionado periodo.
El objetivo de esta decisión judicial no es otro que proteger la intimidad y respetar «la dignidad» de la reina, aunque sea en contra del derecho de libertad de prensa. Tras la muerte del duque, el diario británico ‘The Guardían’ solicitó, sin éxito, el acceso a los documentos en los que figura su herencia, el cual fue denegado según una convención real con más de un siglo de historia por la que los testamentos de los Windsor son sellados y guardados en secreto por los tribunales alrededor de cien años.
Melissa Reginald es una experta en Casas Reales, y a la que muchos consideran como la Jaime Peñafiel en la sombra. Poco amiga de los medios audiovisuales porque siempre ha sido muy celosa de su intimidad. Sabe mucho. Habla lo justo.
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