La diseñadora ha puesto punto final a su relación de tres años con el empresario portugués. Pese a que su entorno afirma que es una «mujer fuerte», se ha dejado ver con gesto serio.
Que la vida, y sobre todo la amorosa, te puede sorprender es algo que sabe bien Vicky Martín Berrocal (48). Y es que después de tres años de relación ha puesto punto final a su historia con Joao Viegas Soares, uno de los hombres más poderosos de Portugal y con quien había conseguido la tan ansiada estabilidad emocional.
La ruptura, que se habría producido «por un desgaste en la relación», ha causado una enorme sorpresa en el entorno de ambos, sobre todo porque hace solo unas semanas la andaluza había transmitido a sus más íntimos sus intenciones de casarse con el hombre que había conseguido que se mudara a Portugal en 2020 y al que definía como «el más canalla, el más Valiente, el mejor».
PREFIERE EL SILENCIO
Aunque en la decisión «no hay vuelta atrás», su entorno asegura a ‘Vanitatis’ que la empresaria «está bien». Sin embargo, la diseñadora se ha dejado ver por Madrid con gesto serio y triste y sin querer hacer declaraciones.
Pese a estas imágenes, insisten en que «es una mujer fuerte que mantiene el sentido del humor a pesar de todo». Una tarea, la de sobreponerse a este varapalo, que afronta apoyándose en las tres mujeres más importantes de su vida: su madre, Victoria; su hermana, Rocío (42); y su hija, Alba (22).
Por eso a nadie le extraña que, hasta que encuentre casa, se haya instalado con las dos últimas en el piso que comparten en Madrid. Y aunque ellas y su intensa agenda de trabajo estarán siendo fuente inagotable de consuelo, las redes también estén siendo una forma de desahogo.
«Se necesita mucho Valor para amar a las mujeres fuertes, pero de corazón bueno», rezaba la cita que ha compartido y que terminaba con lo que parece un claro dardo a su ex:
«Son tan maduras que ya no creen en lo que sienten, sino en lo que estés dispuesto a hacer por ellas».
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