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Tamara Falco agobiada

A cinco meses de dar el ‘sí, quiero’ a Íñigo Onieva, la marquesa ya ha elegido al diseñador de su traje, y a los padrinos del enlace, pero aún le faltan detalles por concretar y muchos problemas por solventar en el escenario del evento.

tamara falco preparativos de boda 1 - Tamara Falco agobiada

La de Tamara Falco (41) e Íñigo Onieva (33) va a ser, sin duda, la boda del año. Millones de ojos van a estar pendientes de este esperado enlace, de ahí que los novios quieran que salga todo perfecto. Sin embargo, sus vaivenes sentimentales y el cambio de fecha en el último momento les ha dejado menos tiempo del habitual para organizarlo todo, y por eso es lógico que la futura novia ande como loca con los preparativos y confiese: «Tengo un estrés tremendo».

De sobra es conocido el carácter perfeccionista de la familia Falco Preysler, y Tamara quiere supervisar personalmente cada detalle, pero la lista es interminable y la cuenta atrás ya ha comenzado a ponerla nerviosa: «Yo creo que hay que hacer un montón de cosas y todo el mundo te dice: ¡Si no tienes tiempo!’. Y yo pienso: ‘Si tengo cinco meses…’».

El próximo 8 de julio será el gran día y, de momento, poco se sabe al respecto. Eso sí, los novios ya tienen claro quiénes los acompañarán hasta el altar. En el caso de Íñigo será su madre, Carolina Molas (53), mientras que la marquesa ha elegido a su hermano Manuel Falco (58). Aunque muchos pensaban que ese destacado papel lo ocuparía Julio José Iglesias (49) por la relación tan estrecha que tiene con Tamara, finalmente esta se ha decantado por el empresario, quizá porque así se sienta de alguna manera más cerca de su padre, el fallecido marqués de Griñón.

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El palacio de Tamará Falcó en ruinas

La memoria de Carlos Falco estará muy presente también en el lugar de la ceremonia, la finca El Rincón, que pese a ser un sitio muy especial para Tamara, le está dando muchos quebraderos de cabeza. El palacio data del siglo XIX y, aunque eso lo convierte en un escenario único, también hace que tenga muchas carencias. Según ‘Informalia’, hace falta una inversión millonaria para hacerlo habitable y, ante los desperfectos que presenta el interior, la pareja ha decidido organizar la fiesta nupcial posterior a la boda en una carpa instalada en el jardín, cerca del estanque, que es la zona más cuidada y bonita de la finca.

Eso los obligará a colocar también baños portátiles, ya que en el interior solo funciona uno, y los novios han decidido rehabilitar solo y parcialmente las estancias que necesiten ellos y sus familiares para arreglarse. En cuanto al lugar del ‘sí, quiero’, todo hace pensar que será en la capilla que hay en el propio palacio y que para Tamara es su «sitio favorito de la casa». El problema es que dadas sus reducidas dimensiones, tal vez tengan que idear algo para que los invitados puedan seguir la misa desde el exterior.

Una ceremonia que podría estar oficiada por el sacerdote Josep María Quintana, amigo personal de la novia. Ella, nerviosa, pero feliz, se ha dejado ver muy sonriente junto con Íñigo saliendo del notario y preparando el papeleo propio de las bodas. Pero lo que, sin duda, la tiene más emocionada es el diseño de su vestido. Amante de la moda, la chef ya se vistió de novia una vez en 2012 para ejercer de imagen de la firma nupcial Aire Barcelona, pero para su ‘sí, quiero’ real, se ha decantado por Sophie et Voila: «Conocí la firma hace bastante y me encanta. Además, estoy supercontenta porque me van a hacer el vestido y va a ser ‘made in Spain’».

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Un traje que será «blanco», como manda la tradición, y que, según las creadoras, será «fiel a los principios, al estilo, a la clase y al carácter» de Tamara. Lo que todavía se desconoce es si la marquesa se apuntará a la moda de lucir varios diseños durante la celebración o querrá solo uno. Pero esta no es la única decisión importante que todavía le queda por tomar. Como experta en cocina, seguro que será su opinión la que más pese a la hora de elegir al chef que les prepare el menú de su gran día, aunque seguro que candidatos no le faltarán.

Y, entre pruebas de trajes y platos, Tamara también tendrá que ocuparse de otras tareas propias de las bodas, como mandar las invitaciones, seleccionar la música o elegir a los pajes y las damas de honor, y todo en un tiempo récord para tenerlo listo para el gran día.


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