Supervivientes 2025: Borja González se corona como el ganador más inesperado de la historia entre lágrimas y drama

Bueno, queridos mortales, aquí estamos otra vez. La gran final de Supervivientes 2025 ha llegado y, como era de esperar, nos ha dejado con más drama que una telenovela mexicana. Después de más de tres meses viendo a famosos comerse bichos y pelearse por un coco, por fin tenemos ganador. Y menudo plot twist nos han servido en bandeja de plata.

Borja González, ese valenciano que parecía más perdido que un pulpo en un garaje al principio del concurso, se ha alzado con la victoria y los 200.000 euros del premio. Sí, habéis leído bien. El tipo que nadie apostaba que llegaría ni a la mitad del reality se ha plantado en la final y se la ha llevado cruda. La cara de poker que se le quedó cuando Jorge Javier Vázquez le levantó el brazo no tenía precio. Ni él se lo creía.

El drama de una final que nadie vio venir

Pero vamos por partes, que aquí la cosa tiene tela marinera. Los cuatro finalistas que llegaron a esta gran final del martes (porque sí, en martes, que Telecinco ya no sabe ni qué día de la semana es) eran Borja González, Álvaro Escassi, Anita Williams y Mario Montoya.

Anita Williams fue la primera en caer, convirtiéndose en la cuarta finalista. La pobre se quedó sin opciones de llevarse el maletín, pero oye, al menos se fue con la cabeza bien alta y diciendo que había aprendido a conocerse mejor. Muy zen todo, muy bonito, pero sin pasta.

Lo que vino después fue un espectáculo de esos que solo se ven en Supervivientes. Álvaro Escassi se colocó directamente en la final tras ganar la última prueba. Hasta ahí todo normal. Pero entonces llegó el duelo entre Mario Montoya y Borja González, y ahí la cosa se puso interesante.

Mario Montoya, que era el claro favorito (y cuando digo claro, digo CLARO como el agua), se quedó fuera por sorpresa. El sevillano, que había estado arrasando durante todo el concurso y que parecía tener el premio en el bolsillo, se vio superado por su propio compañero de aventuras. Borja le ganó el televoto y se plantó en la final contra Escassi. Menudo mazazo para Montoya, que se quedó con cara de “pero si yo era el bueno de la película”.

La amistad que conquistó Honduras

Y aquí viene lo más emotivo de toda esta historia. Borja González y Mario Montoya han sido uña y carne desde el primer día. Han compartido playa, hambre, lluvia, bichos y todo lo que te puedas imaginar en esos Cayos Cochinos de Honduras. Su amistad ha sido uno de los pilares de esta edición, y verlos competir entre ellos ha sido como ver a dos hermanos pelearse por el último trozo de pizza.

Los dos estaban emocionados de haber llegado hasta el final juntos. De hecho, dijeron que pasara lo que pasara, estarían contentos porque habían vivido la aventura de su vida juntos. Muy bonito todo, pero al final solo uno se podía llevar el cheque, y ese ha sido Borja.

Jorge Javier Vázquez, que sabe cómo crear tensión como nadie, pidió a los dos finalistas que se colocaran a cada lado suyo para el momento de la verdad. Y cuando levantó el brazo de Borja como ganador, la cara del valenciano era un poema. Desconcierto total. El tío no se lo esperaba ni de coña.

La reacción más genuina de la televisión

La cara de Borja al saber que había ganado ha sido lo más auténtico que hemos visto en televisión en mucho tiempo. El chaval se quedó literalmente en shock. No se lo creía. Y es que, siendo honestos, nadie se lo creía. Escassi, por su parte, lo encajó como un caballero y fue corriendo a abrazarlo. Deportividad en estado puro.

Pero lo mejor vino después. Los compañeros de Borja lo levantaron en volandas y hasta lo mantearon en el plató de Telecinco. La euforia era total. El ambiente era de esos que te contagian hasta a través de la pantalla. Después de tanta tensión acumulada, ver esa explosión de alegría ha sido liberador.

21 concursantes, mil historias y un solo ganador

Esta edición de Supervivientes ha tenido de todo. Veintiún participantes se adentraron en la aventura hondureña, aunque no todos llegaron al final por los mismos motivos. Algunos abandonaron porque no pudieron con las durísimas condiciones del programa. Otros tuvieron que marcharse por problemas médicos. Y luego estaba el caso especial de Terelu Campos, que llegó con una misión especial y no para competir realmente.

Los abandonos, las expulsiones, los dramas, las reconciliaciones… Todo el cóctel perfecto para mantener a la audiencia enganchada durante más de tres meses. Y al final, cuando ya parecía que todo estaba cantado, llega Borja González y se lo lleva todo.

Un ganador inesperado en tiempos inciertos

Lo cierto es que Borja ha sido la sorpresa más grande de esta edición. Al principio parecía uno más del montón, de esos que pasan desapercibidos y se van a casa en las primeras semanas. Pero el chaval ha demostrado que en Supervivientes nunca se sabe qué puede pasar.

Su evolución a lo largo del concurso ha sido brutal. De ser un tipo tímido y reservado, se ha convertido en alguien capaz de plantar cara a las situaciones más difíciles. Y al final, cuando más importaba, supo ganarse a la audiencia.

Los 200.000 euros que se ha llevado van a cambiar su vida, eso seguro. En los próximos debates podremos conocer qué planes tiene para invertir esa pasta y cómo ha vivido realmente toda esta experiencia. Porque una cosa es lo que vemos en pantalla y otra muy distinta lo que sienten los concursantes por dentro.

Lo que está claro es que Borja González ha pasado de ser un desconocido a convertirse en el ganador de uno de los reality shows más seguidos de la televisión española. Y encima lo ha hecho venciendo a los favoritos, que siempre tiene más mérito.

Telecinco puede estar contenta con esta edición. Ha tenido de todo: drama, amistad, traiciones, abandonos y un final inesperado que nadie vio venir. Jorge Javier Vázquez se ha vuelto a lucir como presentador, manejando los tiempos y las emociones como solo él sabe hacer.

Y nosotros, que hemos seguido cada gala, cada expulsión y cada lágrima, nos quedamos con esa sensación de que la televisión aún puede sorprendernos. Supervivientes 2025 ha sido una montaña rusa de emociones que ha culminado con el triunfo del menos esperado.

Al final, la moraleja es clara: en la vida, como en Supervivientes, nunca se sabe quién va a llevarse el premio gordo. Y Borja González es la prueba viviente de que las sorpresas existen y de que, a veces, los finales más inesperados son los más emocionantes.