Gracias a su papel de la teniente Ripley en ‘Alien‘, la actriz demostró que las mujeres también podían protagonizar películas de acción. «Después de aquello, ningún hombre se atrevió a acosarme», cuenta.
Una mirada dulce y su sonrisa honesta contrastan con la imponente presencia de esta mujer a la que sus 1,82 metros de estatura le han traído tantos disgustos como alegrías y que influyeron hasta en su nombre.
Bautizada como Susan Alexandra Weaver (72), la actriz decidió cambiárselo por Sigourney tras leer ‘El gran Gatsby’ y siempre cuenta entre bromas: «Era muy alta y necesitaba un nombre más largo». Por aquel entonces tenía solo 14 años y asegura que fue «una de esas cosas que hacen los niños para reinventarse», pero lo que no podía imaginarse es que ese nombre acabaría escrito con letras de oro en Hollywood.
MUJER DE ARMAS TOMAR
Hija de un productor ejecutivo de televisión y de una actriz inglesa, siempre estuvo vinculada al mundo del séptimo arte y su debut interpretativo se produjo en 1973 en el teatro. Cuatro años después, Woody Allen (86) le dio su primera oportunidad cinematográfica en ‘Annie Hall’ (1977), donde tenía un pequeñísimo papel.
Pero su trampolín a la fama no tardó en aparecer: Ridley Scott la eligió para protagonizar ‘Alien, el octavo pasajero’ (1979). El éxito fue tal que la cinta se convirtió en una de las sagas más importantes del cine y Sigourney ha protagonizado tres entregas más posteriores. De hecho, su sueldo por la última película de ‘Alien’ fue mayor de lo que costó hacer la primera.
Pero su papel de la teniente Ripley no solo le supuso fama y dinero, sino algo más importante y clave para ella: respeto. «Después de ‘Alien’, ningún hombre se atrevió a acosarme nunca», asegura. Su fama de heroína cinematográfica se acentuó aún más gracias a su participación en ‘Caza fantasmas’ (1984), convirtiéndose así en la indiscutible reina de la ciencia ficción, título revalidado a lo largo de los años gracias a ‘Avatar’ (2009) o la española ‘Un monstruo viene a verme’ (2016).
Pero, aunque este género le ha dado muchas alegrías, no ha sido exclusivo en su carrera, ya que Sigourney ha brillado igualmente en dramas como ‘El año que vivimos peligrosamente’ (1982), ‘Mi mapa del mundo’ (1999) o ‘Gorilas en la niebla’ (1988), por la que fue nominada al Óscar y se alzó con el Globo de Oro a la mejor actriz. Premio que volvió a recoger un año después por su papel en ‘Armas de mujer’ (1988), donde demostró también sus dotes para la comedia.
MUY PERSONAL
Es cinturón negro de kárate. Odia las armas de fuego y tiene pánico a los terremotos y a los ascensores. No aceptó ‘instinto básico‘ por la escena del cruce de piernas y más tarde se arrepintió.
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