Belén Esteban lanza el ultimátum del siglo y deja a RTVE con la mandíbula desencajada
¡Boom! Belén Esteban ha explotado y la tele tiembla! Que sí, que lo ha dicho en directo, sin anestesia y con la sinceridad brutal que solo ella maneja: “Quiero dejar el programa”. ¿El resultado? El caos. La cúpula de ‘La familia de la tele’ no ha tardado ni lo que tarda en enfriarse un café en reaccionar.
Porque cuando Belén Esteban habla, en RTVE se activan todos los protocolos de emergencia. Vamos, que si hubiera gritado “¡fuego!”, no habrían evacuado con tanta prisa.
La Esteban estalla… y se arma el Belén
Todo pasó el miércoles, y no fue una tarde cualquiera. Fue “la tarde”. Mientras medio plató intentaba digerir las series de sobremesa, la otra mitad se quedaba bizca escuchando a Belén decir que está hasta el moño. Que quiere aire. Que necesita tiempo para sí misma, para su paz mental, para mirar por ella. ¡Y eso que el programa lleva emitido dos tardes mal contadas!
Pero claro, lo suelta ella, que no es una colaboradora cualquiera. Es la princesa del pueblo, la reina madre del salseo televisivo. Y con esa confesión no solo dejó a los compañeros con cara de póker, sino que a los jefazos les dio un patatús emocional.
Cornejo, roto como una magdalena de marca blanca
Según contó ella misma, en un momento de la publicidad, se le acercó Óscar Cornejo. Y ojito, que no fue para regañarla. Fue para llorar. Sí, sí, el jefe se descompuso como flan de supermercado.
“Óscar me ha dicho: ‘¿Tú sabes cómo estamos nosotros?’”, contó Belén con la voz medio rota.
Vamos, que al final acabaron abrazados, llorando los dos como en una telenovela venezolana. Belén se sintió fatal, culpable, egoísta. Que si “solo pienso en mí”, que si “he mirado por mi bienestar”, que si “me quiero ocupar de mí”. ¡A ver, mujer, eso se llama autocuidado! Pero claro, si tu jefe rompe a llorar por ti, pues lo de irse ya no es tan fácil.
Miguel y la madre, en modo consejeros de Estado
Y como buena diva, Belén no toma decisiones sola. Tiene su propio comité de crisis: su marido, Miguel Marcos, y su madre. Ella, la matriarca, la jefa suprema, ha hablado: “Quédate en tu trabajo”, le dijo. Vamos, que la mujer quiere verla ocupada, cobrando y, a ser posible, no montando un drama en casa.
Y RTVE responde: “¡Que se pare todo!”
Mientras tanto, en las alturas de RTVE, saltaron todas las alarmas. Si Belén amenaza con irse, los de arriba convocan reunión urgente, comité, cónclave o lo que haga falta. David Valldeperas y compañía se encerraron y salieron con un comunicado en mano, que leyó solemnemente María Patiño como si estuviera dando las campanadas.
“Se ha convocado una reunión urgente de los directivos responsables del programa para acordar medidas drásticas…”
Ojito al tono, que suenan a medidas tan drásticas como cambiarle la receta a la Coca-Cola. Eso sí, no especificaron nada. Nos dejan con el alma en vilo, esperando a mañana como quien espera los resultados de una biopsia.
¿Y ahora qué? ¿Se va o no se va?
Pues ni idea. Porque Belén dice una cosa y al minuto se le ve dudando. Que si lleva muchos años en esto, que si necesita parar, que si la televisión agota… Pero ahí sigue, aguantando, llorando, queriendo irse pero no pudiendo. Vamos, como cuando dices “ya no le voy a escribir” y a los cinco minutos estás mirando su última hora de conexión en WhatsApp.
Así que el destino de ‘La familia de la tele’ cuelga de un hilo llamado Belén Esteban. Porque sí, en esta serie, la protagonista no es una actriz. Es una colaboradora con más impacto mediático que una moción de censura.

La loca más divertida de la redacción de GATITAROSA. Rosa… muy rosa… y alocada nuestra nueva incorporación. Redactora de “Supervivientes 2023” y otros cotilleos televisivos.
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