“Sueño con volver a ver a Charlene y a los mellizos”
El príncipe dice que tuvo miedo, que ahora ya “no tengo fiebre y la tos ha mejorado” y que no pudo haber contagio entre él y Carlos de Inglaterra porque mantuvieron la distancia
EL príncipe Alberto, positivo en coronavirus, pasa la cuarentena aislado en sus apartamentos privados del palacio Grimaldi, mientras que la princesa Charlene y sus hijos, ]acques y Gabriella, evitando el riesgo de un posible contagio, continúan en Roc Agel, su residencia de fin de semana y vacaciones.
En una entrevista concedida a “Il Corriere della Sera”, el soberano monegasco asegura que al conocer el resultado de la prueba en COVID-19, “tenía miedo, como todo el mundo, y me preguntaba cómo podía haber contraído el virus”.
En este sentido, apunta que se había reunido varías veces con el ministro de Estado del Principado, Serge Telle, también con coronavirus, y que, en Londres, había charlado con una dama que había dado positivo. También ha hecho referencia con sus declaraciones a su encuentro con el príncipe Carlos, aunque negando la posibilidad de haberse contagiado entre ellos, ya que “estábamos sentados en lados opuestos de la mesa”. Alberto, al que visita un médico varias veces al día para controlar la fiebre y el nivel de oxigenación de la sangre, apunta también al periódico italiano que, según avanzan los días, se encuentra mejor:
“Ya no tengo fiebre y la tos ha mejorado”. Esperando una nueva prueba que le permita estar seguro de que puede volver a la vida normal, sigue al frente de sus compromisos profesionales y está en contacto permanente con su mujer, a la que ha tenido que tranquilizar, y con sus hijos, Jacques y Gabriela, de cinco años, echándolos mucho de menos:
“Sueño con volver a ver a Charlene y los mellizos la próxima semana”. En la misma conversación telefónica, el soberano también explica a “Il Corriere della Sera” que ha reducido el personal de palacio a la mitad y que, para evitar la propagación, no hay mas remedio que aislarse, aunque sabe que para una familia con hijos, viviendo en un apartamento pequeño, “será un sacrificio”
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