Para Paz Padilla (50) l mundo se detuvo el pasado 18 de julio.
Ese día falleció su marido, Antonio Vidal (53), a causa del tumor cerebral que padecía y, aunque la andaluza le organizó una despedida en tono festivo y muy alejada de los tradicionales funerales, está completamente desolada.
Así ha querido compartirlo con sus seguidores de Instagram, publicando una imagen donde se la ve caminando por un paraje muy inhóspito, que parece reflejar a la perfección como se siente.
“Hoy hace una semana que perdí al amor de mi vida. Ahora estoy de retiro, atravesando el desierto más duro de mi vida, donde solo veo piedras en el camino”, ha escrito Paz junto a la foto.
Eso si, a pesar del inmenso dolor que está sintiendo, la gaditana ha vuelto a dar una lección de fortaleza mostrándose dispuesta a seguir adelante y afirma:
“Soy un animal herido, pero avanzando”
Además, parece tener muy claro que, aunque ya no esté a su lado, Antonio nunca la dejara sola:
“Él me ayudará a encontrar mi destino”
De hecho, según ha desvelado Belén Esteban (46) después de hablar con ella, Paz sigue estando muy aferrada al recuerdo de su marido:
“Me ha dicho que ahora tiene que curar las heridas y nombra a Antonio como si estuviera presente”
LA HIJA DE PAZ PADILLA ES SU REFUGIO
Pero, además de refugiarse en todo lo vivido con su gran amor, Paz cuenta con el cariño de su hija, Anna Ferrer (23).
La joven no se separa de su lado y ha publicado una imagen en la que se la ve besando a su madre tras el funeral. De ahí que la gaditana, en un mensaje público de agradecimiento, le dijese a su hija:
“Tu amor amortigua mi dolor”
Paz también se está sintiendo muy arropada por sus compañeros y el público en general y ha agradecido de forma especial un detalle muy emotivo:
“Me conmovieron enormemente las flores que, de forma anónima, recibimos en el tanatorio”
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